Ayer participé en la estupenda carrera de montaña de Bustarviejo, en el
III Memorial Fernando García Herreros,
Tarzán como le trataban sus conocidos. Campeón de campeones en esto del correr por la montaña y que falleció en 2006. Merecido homenaje para él por los montes que tantas veces recorrió entrenando.
La carrera es de 19km con 1150m+ (o sea, 1150m de desnivel positivo). Supongo que el acumulado será el doble ya que la carrera es circular. Se celebra el Campeonato de Madrid de Carreras por Montaña, con lo que el nivel que había era espeluznante. Si en el asfalto soy un paquete, en estas carreras te sientes como un polluelo de gallina de esos que pintan de colores frente a una bandada de halcones, águilas y algún azor despistado.
Precioso recorrido el de la carreraPero hay que preparar el MAM y esta es una buena piedra de toque. Pues allí nos plantamos
Gebre,
Angeltrotón y yo. Tuvimos el placer de saludar y conversar un rato con
Mina y
Biobea (a la sazón ganadora) mientras tomábamos un café. Después nos encontramos a
Mayayo,
WildRunner y el "fichaje" para el MAM
Andreas. Todo un placer.
Dieron la salida en la Plaza de Bustarviejo (1221m) y tras alguna retención inicial en algún paso en el que tuvimos que esperar cola, empieza la fiesta. El recorrido es ascendente, no podemos correr sino subir lo más rápido posible. Hay muchísima humedad y me pongo a sudar como un condenao. Hay algún tramo en el que hacemos cola para pasar por alguna zona muy estrecha. Coronamos
Cabeza de Arcón (1549m) en menos de 4km de recorrido. Bajamos por un cortafuegos muy empinado, en el que algunas piedras grandes se volvieron peligrosas pistas de patinaje por la humedad reinante.
Vamos siempre con un grupo de gente al que adelantamos, nos adelantan, vamos juntos... es curiosa la camaradería que existe en estas pruebas y que es más difícil encontrar en el asfalto. Tras terminar el cortafuegos vemos a
Angie, la mujer de
Ángel, junto a sus tres hijas. Nos animaron lo indecible y llegamos al avituallamiento del
Valle de los Abedules. Menos de una hora para algo menos de 6km, una media bastante aceptable y superior a esos 5km/h del MAM. En este momento mi pulsómetro se ahoga otra vez y ya no tendré referencias de crono salvo las que me daba
Carlos.
Poco a poco
Ángel se despega y le dejamos ir. Él es mucho más fuerte, tiene más experiencia y es más rápido, con lo que tras el calentamiento con nosotros
le dejamos ir. Atacamos la subida al siguiente hito montañoso: el ascenso al
Pico de La Braña (1770m) que hacemos junto al grupo de corredores que he dicho antes, conversando y jadeando, sudando y callando. Enfrente vemos el tremendo cortafuegos de
Carlos va un poco mermado de fuerzas y, a pesar de que insiste en que me fuera, me quedo con él, ese era mi sitio. Coronamos y tenemos un trecho en el que podemos trotar, no sin antes disfrutar de las preciosas vistas, entre las que encontramos el imponente cortafuegos de
La Braña que acabamos de bajar.
Ahora queda la guinda del pastel: hollar el
Mondalindo (1830m), cumbre más alta de la carrera y desde la cual quedan 5km de bajada hasta el pueblo.
Carlos va desgastándose pero seguimos. Incluso hay tiempo para los comentarios divertidos en alusión al Señor de los Anillos: "
Desde aquí se ven las Torres de Mordor" (en referencia a las malditas 4 torres madrileñas). "
Esta carga es muy pesada, Sam, y no tenemos lembas", me dice. Yo le contesto "
Ánimo, señor Frodo. Ya casi estamos". No le ofrecí llevar yo su carga porque he visto la peli y sé que Frodo se enfada con Sam... jajaja. Menos mal que Gollum no apareció.
Nos separamos del grupo, aunque el pundonor de
Carlos nos permitió coincidir con ellos en la cumbre y alcanzar a alguno de ellos en la subida final. Hay unas alucinantes vistas, aunque recortadas por las nubes, del Macizo de Peñalara y de la Cuerda Larga, a las que miro con una mezcla de admiración, respeto y desafío. "
En un mes nos veremos las caras, queridas". Hay una placa en la cima recordando a
Fernando, y otra de otra persona (no recuerdo el nombre, lo siento) y me hacen sentir (más que pensar).
En este punto
Carlos me insiste de manera contundente para que baje solo. Ya lo había hecho en incontables ocasiones durante el ascenso, pero preferí no hacerle caso e ir con él. Ahora, en el punto más alto, sabiendo que
Carlos se defiende bien en las bajadas, le "obedezco" y bajo a mi bola para no agobiarle demasiado. Entonces es cuando me convierto en "
Le Fou", como
Perico Delgado en su primer tour de Francia, bajando muy deprisa (no a tope pero sí fuerte). Empiezo a adelantar corredores con muchísima facilidad. Creo que 16 en total. Me ceden el paso amablemente y me cruzo también con un par de corredores invidentes con sus pértigas, flanqueados por corredores videntes. Desde luego que los verdaderos campeones son ellos, dignos de toda admiración.
En una curva hago uso de mis Trabuco 12.5USA (un 47 largo, vamos) en una frenada sobre tierra y noto un dolor punzante en el dedo medio del pie derecho. La sensación es como si se me hubiera arrancado la uña de cuajo. Duele pero permite seguir, así que trato de acomodar el pie a esta circunstancia, muevo los dedos hasta que no noto roce alguno y sigo para abajo. En esto llegamos ya a Bustarviejo. Adelanto a dos corredores y uno de ellos, al ver la meta, se lanza a por ella como si la fueran a quitar. Yo le dejo ir, no me voy a picar con él, y entro en 2h57', un tiempazo que me hace estar muy contento.
Veo a
Ángel con la family. Ha hecho 2:42:30, muy bueno.
Carlos llega en 3h10', cansado pero bien. Olé. Un reparador pincho de tortilla con su cervecita ayudó a nuestra recuperación (gracias).
Pues por concluir, una maravillosa mañana aunando atletismo y montaña. Muy contento por el resultado. Como decía
Mayayo (2:22:28 el bestia) sacando la
extrapolator (y teniendo en cuenta que son sólo referencias y no verdades absolutas) hemos hecho 19km técnicos en 3h, con un desnivel acumulado de 2300m. El Maratón Alpino tiene 44km y 5300m acumulados, pero no todos son tan técnicos (algunos mucho más, otros menos). Tenemos 9h para concluirlo. Estamos ahí.
Andreas lo hizo en 2h52', "casi" como yo, y
Sergio lo ve como firme candidato al MAM; con lo que yo me apropio de tan insigne honor, hala, porque yo lo valgo.
En resumen, estupenda mañana que me ha dejado muy buenas sensaciones, salvo el tema del dedo del pie, que tengo con una ampolla y ensangrentado. Aún así me deja andar, así que es sólo un leve contratiempo. No hay agujetas ni dolores articulares, con lo que espero trotar algo mañana para seguir en el camino del Maratón Alpino. Faltan las fotos, que las pondré en cuanto las tenga. Hasta entonces, pues.