Aunque he dejado pasar dos días desde el terrible accidente es difícil no pensar en ello. Además, situaciones como las vividas otra vez en IFEMA traen a mi recuerdo uno de los peores momentos de mi vida. Igual que en el fatídico 11-M, familiares buscando entre sollozos, listas inconexas y cadáveres calcinados. Aferrándose a una brizna de esperanza entre el mayor de los horrores. De verdad que me estremece en lo más profundo.
Y, para colmo, el COI prohíbe a nuestros representantes que luzcan el clásico crespón negro en su indumentaria, aduciendo que en otras ocasiones (2, según creo) no se dio permiso a otros países. Ponen como ejemplo a EEUU, a los que se les denegó por el asesinato del suegro del entrenador del equipo de voley. Con todos mis respetos NO es comparable. Aún así, son sus normas, y ese supuesto agravio comparativo ha impedido que nuestra bandera ondee a media asta, y que nuestros atletas expresen el sentir de todo un pueblo conmocionado ante tanto dolor.
De todos modos la estupidez del COI, a pesar de inmensa, no es nada comparado con lo enorme de la tragedia, así que no merece más comentario. Volviendo a lo importante, ójala el dolor que sentimos pudiera mitigar en algo el que padece ahora tanta gente. Descansen en paz y que familia y amigos puedan rehacer sus vidas, hechas pedazos en estos momentos. Un abrazo enorme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario