A ver si ahora con más calma puedo hacer la crónica de lo ocurrido el domingo pasado.
Con mucha ilusión y mis Gel Fofito me presenté en Alcalá a hacer un test en 10km, a ver qué tal respondía mi body después de tanto tiempo sin competir en la distancia y sin haberla preparado ni de lejos. La mañana era perfecta para correr, fresca y soleada y sin viento. Pues vamos a por todas, los Correpoco conjurados en la línea de salida éramos Antonio Cuñaoooo, Paloma, Bassrunner y servilleta.
El recorrido no estaba homologado pero seguía habiendo presencia de los jueces de la FAM, con lo que esperaba que el circuito a dos vueltas estuviera bien medido, a pesar de los casi 70 giros de 90º o más que tuvimos que dar. Esos giros tan incómodos para los corredores.
Hay mucha más gente que en las dos ediciones anteriores. Dan la salida con el pistoletazo de rigor y en la primera curva pierdo a Paloma y a Bassrunner. Así que sin ninguna referencia me planto el ritmo más exigente que podía, y ya vería en la mitad del recorrido cómo iban las cosas. La sensación era la de siempre en un 10mil: agónica, pero había venido a correr y ahí estaba, cumpliendo el autoimpuesto ritmo de carrera.
Treintaytantos giros después volvemos a pasar por la Plaza de Cervantes. Paro el crono en unos alucinantes 22:47. Eso quiere decir que si consigo doblar (en el argot, hacer el mismo tiempo en la segunda mitad que en la primera) haría una marca estratosférica de 45' y poco. No me planteé que estuviera mal medida, a pesar de que ciertamente se me hizo algo corta la carrera, seguramente por la cantidad de giros que no te dejaban tomar referencias con claridad. Así que decidí ir a por todas. A muet'te, como dirían algunos paquetillos.
En la euforia inicial me pongo a adelantar corredores como una loca. Trato de refrenar mi alegría para los km finales, pero el caso es que voy al límite y lo voy aguantando, a pesar de las miles de tentaciones de parar que entran. De pronto llegamos a una plaza en la que una voluntaria dice "Hay que llegar hasta el final, es por allí". Es decir, en la primera vuelta la chica no estaba y yo, siguiendo a la gente, había metido un buen recorte al circuito. Involuntariamente y todo lo que se quiera, no estaba marcado... pero ya NO eran 10km. Pensamientos negativos que trato de deshechar y centrarme en la zancada, el braceo, en no bajar el ritmo aunque mi otro yo me lo pedía a gritos.
Voy mirando el reloj y, datos de pulso aparte, creo que voy bien. Me acerco a la Plaza de Cervantes y voy con 18:xx... "no aflojes, tío, que vas genial, te vas a ganar las cañas que te jugaste con el Gebre", no queda nada, empiezan a pasarme los típicos corredores que tienen un final estupendo pero yo he adelantado a muchísimos más participantes. Apreto los dientes, quedan 2 curvas... esta plaza y ya está... cuando de repente...
A 30 escasos metros de la meta un juez de la FAM me para, en pleno esfuerzo, y me dice que tenga el dorsal en la mano. ¡No me lo podía creer! ¡No voy a entrar en meta! Delante de mí hay una fila de corredores esperando. Me lamento en voz alta mientras me coloco junto a otro chaval con el que estaba disputando una especie de sprint. Paro el crono, 22:26m en la segunda vuelta para un total de 45:13. Pulso medio 176, máximo 187. El tiempo es estupendo pero se que no lo voy a poder admitir como marca personal al no haber llegado a la meta. Veo a un corredor alejarse con un manojo de Aquarius en la mano. Cuando llegué a meta no había ni uno. Gracias, chato.
Me reuno con mis coleguis y resulta que todos hemos bajado misteriosamente uno o dos minutos nuestra mejor marca, a pesar de los casi 70 giros que nos pegamos. Por lo tanto las sospechas de una mala medición se confirman. Los fores marcaban unos 9700m, y una medición de Efejota nos da que cada vuelta era de 4480m, es decir, que la carrera era de 9500 maomeno. Saquen el extrapolator y calculen.
Con él en la mano me quedo con haber corrido casi 10km a 4:45, lo que está bastante bien en mi caso. Así que trataré de afinar un poquito más de cara a Aranjuez, donde seguiré batiéndome el cobre.
Un último apunte: quería dar las gracias a Grutear, los organizadores de la carrera, por brindarnos la oportunidad de correr por una ciudad tan bonita y encima gratis. Había voluntarios en cada cruce (menos en uno un rato como he comentado) y eso que eran muchos. Espero que el año que viene volvamos al antiguo recorrido. Eso sí, el detalle por parte de los jueces de la FAM de pararnos antes de llegar a meta... feo feote. ¿Qué más les hubiera dado ponerse un poco más atrás y no en la misma línea de meta a recoger los dorsales? Y aunque no estuviera homologada, con haber dado una vuelta a la Plaza de Cervantes habríamos cuadrado el 10mil... son pequeños detalles que a gente con tanta experiencia no se cómo se les ha escapado.