Como castigo a mi cuerpecito serrano, culminé esa semana de agotamiento físico y psíquico en la que no corrí un pimiento con mi participación en la 5ª Edición de la Carrera Popular de Aluche, patrocinada por La Caixa.
Esta carrera tiene cosas muy especiales. El ambiente es popular 100%, es gratuita y corre mucha gente del barrio o ligada a él. Es uno de los 10miles más duros de Madriz. Los continuos subeybaja en los que es muy difícil regular, algún que otro cuestón... hacen que muchos corredores terminen andando. Pero sobre todo es la carrera de mi barrio. Pasa por los lugares por donde vivo, donde viví (mi padre siempre me espera en la puerta de casa, apoyado en el cartel del km 2), donde crecí, donde compro, entreno, juego con mis hijos... así que es como una auténtica fiesta.
Ayer el ambientazo era un pasote. Había un espíquer en el lugar donde debería haber un escenario en forma de concha. Estaban haciendo estiramientos previos a la carrera. Y un montón de gente, como si siguieran a Eva Nasarre, haciendo los movimientos que proponía. Bonita y graciosa estampa. Máxime cuando sugiere calentar ... ¡las fosas nasales! Claro, vamos a someter al sistema respiratorio a un estrés importante. Yo no lo había pensado, parece lógico, pero mi mente perversa se imaginó a los corredores, al terminar, estirando cuádriceps y... nariz. Todos acabaríamos como Cyrano de Bergerac. Mejor lo dejo.
Me encontré con un buen puñado de gente. Padres del cole de mis hijos, amigos del foro, gente del trabajo que había venido a ver la carrera, gente del barrio en general, todos juntos en una fiesta del atletismo. Santi, que había venido por la noche de Lituania, viene conmigo. Bromeamos sobre el tiempo que haríamos... venga, vamos a por los 50' o a lo que sea.
Salimos, tranquilos al principio, sin saber si tirar o no. Pensaba que se aclararía el tema al llegar al metro de Aluche, como así fue. Subimos la cuesta que tantas veces subí, algunas corriendo por llegar tarde a casa. Saludo a mi padre, que me esperaba en el km 2. Aquí me di cuenta de que los km estaban mal colocados ya que lo piqué en 4:13, con un cuestón de los de agárrate y no te menees.
Seguimos a buen ritmo hasta llegar al ecuador de la carrera. Santi va fenomenal pero yo voy justo. Tengo sed, mucho calor y cuando llega el agua me aferro a la botella como Jack Lemmon en Días de vino y rosas. Justo al acabar empieza uno de los puntos clave de la carrera: la subidita por el parque de la Cuña Verde. Vemos a gente andando y por primera vez en la carrera nos adelantan algunos corredores (siempre habíamos sido nosotros los que adelantábamos).
Con el puyazo ya metido nos metemos por Lucero, el terrible pero corto rampón hacia Sepúlveda y vamos para casa. Mi calle, Seseña, es el descabello para muchos corredores. Larga y dura subida que en el km 9 hace mucho, mucho daño. Yo hago de tripas corazón, imaginándome que Coral y los niños estarían al coronar la cuesta, al lado de casa, como hace dos años. Lo gracioso es que sabía que no estarían, ya que había quedado con ellos en meta... curiosos mecanismos los de la mente para motivarte. Por fin empezamos la bajada y apretamos un poquito, pero se nos escapó el sub-50 entrando en 50:36. Después entra Alfredo (gracias por los dorsales) y Marisa, padres de compañeros de David. Marisa debutó con unos estupendos 55', enhorabuena. Recogemos la bolsa, gracias mil por la naranja y el plátano. El espíquer sigue con los estiramientos post-carrera, pero no oí que estirara el apéndice nasal. Ahora le toca correr a los críos, con lo que la fiesta continua. Me reuno con la familia y luego con Santi y su mujer y lo celebramos en una terracita del parque, como mandan los cánones en mi barrio.
Y una consideración. No entiendo el motivo por el que una carrera de barrio, popular donde las haya, ponga a disposición 1200 dorsales y se agoten una semana antes. Justo en el día en que en Madrid había otras 6 carreras populares. Luego resulta que llegamos unos 650 a meta. ¿Dónde están los 450 restantes? Mucha insolidaridad, me temo. Quizá, como yo digo en mi argot privado y que quizá explique algún día en este lugar, es que hay cada vez más runners y menos corredores populares. Un borrón para una bonita y entrañable carrera que no se a quién adjudicar.
Los puntos kilométricos mal colocados, el perfil y la siempre dudosa medición de la carrera (según los fores, polares y demás gepeses) han dado unos parciales que los anoto aquí por curiosos: 5:39, 4:13 (con la cuesta del metro), 5:00, 5:44 (en un tramo "llano"), 8:23 (aflojando para beber el agua), 4:52, 4:34, 5:08 y...¡7:06! en la cuesta de Seseña pero apretando al final en Illescas. De locos, vamos.
Correpoco es un grupo de amigos que disfrutan corriendo... aunque ahora lo haga cada uno por su lado.
5 comentarios:
Me resulta graciosa las frases que sueltas: "un cuestón de agarrate y no te menees", "con el puyazo ya metido", "terrible pero corto rampón". Me sonrío porque, leyendo un par de "posts" por debajo, parece que al final va a ser más duro un 10.000 por aluche que una media por Somosierra.
¡¡Venga campeón!!
Jajaja... tienes razón, pero es que en la montaña todo se relativiza más. No tiene sentido hablar de min/km. Andas y yastá.
Tendrías que intentar correr el "terrible pero corto rampón". Te quedas pegado literalmente al suelo y sales al llano sin resuello. Con lo fácil que sería subirlo andando :-D
Claro, no me extraña que luego vayas tan bien en la montaña. Si vives en la aldea tibetana de Aluche, en las estribaciones del Himalaya, (metro Batán).
¿Qué hacía Santi en Lituania?
Aluche, lo + duro, el calvario, rampas, cuestones, te creo, te creo, no me imaginaba que en una carrera tan popular y gratuita se pasen tanto con el recorrido, pero vale, es cierto, todo un reto.
Pero según escribes, si que te brotan palabras mucho más agradables cuando relatas de tus montañas.
Besos Aluchero, CDC y rolin estón
Yoku, Santi estaba en Lituania por temas de curro. Ya me gustaría vivir en las mesetas que circundan el Himalaya, pero ya ves, me conformo con el "pulmón de Madriz".
Paloma, no es para tanto. El recorrido está bien, pero olvídate de hacer buena marca. La carrera en sí es muy popular, me gusta.
Eso sí, para un aluchero cedecero es más fácil escriber sobre desniveles imposibles, naturaleza, granito y piornos que sobre la cárcel de Carabanchel, vecina mía durante 28 años, a la que han dejado morir con la misma indignidad con la que nació. Quizá hable de ella en algún off-topic.
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