martes, diciembre 11, 2012

Recorredor

por: Zerolito

Recorriendo el Maratón de Madrid 2008
Desde siempre he pensado que el camino es lo realmente importante. No el lugar desde el que partes, ni siquiera el destino final. Lo que realmente cuenta es lo que vives y sientes en ese trayecto.

Sobre éste nuestro deporte, yo realmente no me siento un corredor típico. Cierto es que mis escasas cualidades me alejan de ese concepto a pesar de compartir muchos de los valores del atletismo, como el esfuerzo, el tesón, la superación personal, etc. Pero cada vez me siento más ajeno a un mundillo que ultimamente parece mutar de una sana afición a un lucrativo negocio. Encuentro más satisfacción en la ultradistancia y en correr/trotar por la montaña o la Casa de Campo, solo o con amigos -augurio de grandes momentos-, sin chip ni homologación.

Hace tiempo leí una chanza hacia los ultras, diciendo que éstos "no corren, sino recorren". Que no son corredores. Pues en mi caso hago como Tyrion Lannister: hago propio el supuesto improperio.

Me siento recorredor.

Lo que realmente me gusta es pasar por lugares y dejarme empapar por ellos. A veces nuevos, otras muchas viejos conocidos, pero siempre con algo que ofrecer y de lo que disfrutar. Correr, andar, trotar... me permiten recorrer parajes, descubrir sus soledades, saborear algo tan simple y tan complejo a la vez como lo que implica el verbo "estar". Sentirme parte de la naturaleza, de algo mucho mayor que un simple ser humano y encontrar mi sitio en medio de esa inmensidad mientras mi cuerpo late, respira.

Las vistas desde la cumbre suelen ser magnificas e inolvidables y coronarlas un placer, pero el instante que me hace sentir pleno es cuando coges aire y te dices: "Vamos a por la siguiente". Es en ese momento cuando el recorredor que llevo dentro se encuentra consigo mismo y todo encaja. Porque, ¿qué es nuestra vida sino un continuo recorrido, sin pausa ni tregua?