viernes, mayo 29, 2009

Declaración de intenciones

por: Zerolito

Este domingo tengo pensado realizar mi primer kilómetro vertical casero.

Llamamos kilómetro vertical a una carrera en la que se salva un kilómetro de desnivel positivo. Por ejemplo, el Kilómetro Vertical La Barranca, que sale de allí mismo - La Barranca, Navacerrada, 1260m - y termina en el Alto de Guarramillas. ¿Recordáis? Bola del Mundo, 2260m. Suelen ser pruebas cortas en distancia, ésta en concreto salva el desnivel de 1000m en apenas 7km.
La idea es madrugar y ponerme pronto a la faena, en el pueblo de Casas del Monte, Cáceres. Está en el Valle del Ambroz, cuyo pueblo más importante es Hervás. Casas del Monte se localiza a pies de la Sierra de la Cabrera, conectada con la Sierra de Béjar. El Valle del Ambroz se separa por estas montañas del archiconocido Valle del Jerte.

La altitud de dicho pueblo está en 596m, más o menos la altitud del Lago de la Casa de Campo. En un principio había pensado ascender por lo que parecen pistas forestales hacia el pico del Cerbunal (1587m) pero resulta que justo a su vera, siguiendo la cuerda, tenemos el Camocho (1826m) desde donde las vistas serán mucho más espectaculares. Y es que el Google Earth ayuda mucho a la hora de hacerte una composición de lugar.


Subida al Camocho, por pistas forestales

Desde la cima del Camocho podré ver, siguiendo la cuerda, la Sierra de Béjar. Justo delante todo el Valle del Jerte, encajado entre esta sierra y la imponente Gredos. En el extremo este se podrá divisar el imponente Circo de Gredos, con el Pico Almanzor dominando el paisaje. Y en el camino de vuelta las vistas al Valle del Ambroz serán un pago más que suficiente para el esfuerzo realizado.


El Valle del Jerte encajonado entre las Sierras de Béjar y Gredos


El Valle del Ambroz, Embalse de Gabriel y Galán, Sierra de Gata, las Hurdes y Sierra de Francia

El camino, de ida y vuelta, serían unos 28km desde el pueblo, que son demasiados. Así que quizá recorte algo con el coche para hacer unos 20km (ida y vuelta) manteniendo los 1000m de desnivel. En cada kilómetro se suben entre 80 y 120m, así que ríete tú de la Media de Getafe.

Bueno, esto es una declaración de intenciones. No se si podré hacerlo, o si no puedo ir, o directamente paso porque tengo sueño, o me canso por el camino. Pero es lo que me gustaría hacer y por eso lo pongo aquí, hala. Por cierto, me he comprado en Decathlon una mochila para estos periplos. La Diosaz 10. Tiene una bolsa de agua de 2l y 10l de capacidad extra para meter enseres como la comida, chubasquero, móvil, llaves, navaja, túper de torreznos y cualquier cosa que haga falta en la montaña. Y cámara de fotos. Si consigo hacer este rodajito prometo hacer fotos por el camino y hacer un nuevo post con imágenes reales en vez de las que nos brinda el gugle.

Pues eso, queridos, hasta la semana que viene, en la que sacaré billete definitivamente para la mayor aventura jamás soñada por mí... hasta ahora.

miércoles, mayo 27, 2009

CUENTA, CUENTA....

por: Paloma

Zerolito me ha obligado a contar mis andanzas-corredurías (je,je, es broma) voy a hacerle compañía en el blog, puesto que en la montaña ya he empezado a hacerlo, voy a intentarlo con la verborrea.
La crónica de la mañana del Jueves pasado en Navacerrada-Bola-Cabeza Menor ya está superbien contada, añado que me moló mogollón encontrarme en la inmensidad de la sierra madrileña realizando el deporte, que en estos momentos más me gusta.
Gracias a este entrenamiento de fuerza y calidad, me sirvió para que este domingo en la carrera popular de Colmenar Viejo mientras subía las susodichas cuestecitas del recorrido de 2 vueltas pensara que eso no era nada en comparación con las que había hecho en montaña, y estas ascensiones, mentalmente, no me amedrentaran. Por otra parte, estoy segura que gracias al mismo entrenamiento, terminé la carrera en 45:25 min, una de mis mejores marcas en 10 Km, desde el inicio al final, adelanté a 11 chicas, pensé que aun llevaba muchas chicas por delante, pero resultó ser que sólo había 5, por lo cual, quedé la 6ª y 3ª Veterana. Esta carrera homenajeaba al corredor fallecido recientemente, Luis Javier Colmenarejo, y antes de entregar los trofeos, subieron al podium los padres, la mujer y el hijo de él, fue muy emotivo, yo solté una sartá de lágrimas que me dejaron bastante plof, en fin..., recogí mi copita y me fui pa casa.
Ya que me pongo, también cuento que en la carrera de la mujer , multitudinaria carrera (+- 11.000 mujeres), pero se me hace tradicional participar, bueno si quieres correr hay que colocarse lo más delante que puedas, aun así el primer Km. zig-zag total y adelanto a cienes, poco a poco la calle se va despejando y sigo adelantando a unas 20 por Km., llegué la 40 en 24:54 min. los 6 Km , en esta carrera se organizan muchos equipos, participé en equipo de 3 Hermanas y quedamos las primeras en esta clasificación.
La anterior carrera que hice, antes de los 25 Km. del maratón, los cuales ya están perfectamente relatados por Zero, fue otro 10.000 m en Tarancón, 2 vueltecitas a un recorrido por el pueblo, lo más curioso fue que al pasar por el centro histórico había que bajar unas escaleras de esas super largas que tienes que bajar haciendo el caballito y luego unos 600m de subida por una calle muy estrechita, bueno y el final agotador, llevaba a mi hermana de liebre y me exprimió, la realicé en 44:07 (MMP), me llevé 20€ y un lote de productos típicos de Tarancón, bonito recuerdo….
Y hasta ahora lo que quiero y deseo, al menos, es poder seguir igual, disfrutar y sentirme contentez (dicho Zerolito)….
Besos

lunes, mayo 25, 2009

III Memorial Fernando García Herreros - Bustarviejo

por: Zerolito

Ayer participé en la estupenda carrera de montaña de Bustarviejo, en el III Memorial Fernando García Herreros, Tarzán como le trataban sus conocidos. Campeón de campeones en esto del correr por la montaña y que falleció en 2006. Merecido homenaje para él por los montes que tantas veces recorrió entrenando.

La carrera es de 19km con 1150m+ (o sea, 1150m de desnivel positivo). Supongo que el acumulado será el doble ya que la carrera es circular. Se celebra el Campeonato de Madrid de Carreras por Montaña, con lo que el nivel que había era espeluznante. Si en el asfalto soy un paquete, en estas carreras te sientes como un polluelo de gallina de esos que pintan de colores frente a una bandada de halcones, águilas y algún azor despistado.


Precioso recorrido el de la carrera

Pero hay que preparar el MAM y esta es una buena piedra de toque. Pues allí nos plantamos Gebre, Angeltrotón y yo. Tuvimos el placer de saludar y conversar un rato con Mina y Biobea (a la sazón ganadora) mientras tomábamos un café. Después nos encontramos a Mayayo, WildRunner y el "fichaje" para el MAM Andreas. Todo un placer.

Dieron la salida en la Plaza de Bustarviejo (1221m) y tras alguna retención inicial en algún paso en el que tuvimos que esperar cola, empieza la fiesta. El recorrido es ascendente, no podemos correr sino subir lo más rápido posible. Hay muchísima humedad y me pongo a sudar como un condenao. Hay algún tramo en el que hacemos cola para pasar por alguna zona muy estrecha. Coronamos Cabeza de Arcón (1549m) en menos de 4km de recorrido. Bajamos por un cortafuegos muy empinado, en el que algunas piedras grandes se volvieron peligrosas pistas de patinaje por la humedad reinante.

Vamos siempre con un grupo de gente al que adelantamos, nos adelantan, vamos juntos... es curiosa la camaradería que existe en estas pruebas y que es más difícil encontrar en el asfalto. Tras terminar el cortafuegos vemos a Angie, la mujer de Ángel, junto a sus tres hijas. Nos animaron lo indecible y llegamos al avituallamiento del Valle de los Abedules. Menos de una hora para algo menos de 6km, una media bastante aceptable y superior a esos 5km/h del MAM. En este momento mi pulsómetro se ahoga otra vez y ya no tendré referencias de crono salvo las que me daba Carlos.

Poco a poco Ángel se despega y le dejamos ir. Él es mucho más fuerte, tiene más experiencia y es más rápido, con lo que tras el calentamiento con nosotros le dejamos ir. Atacamos la subida al siguiente hito montañoso: el ascenso al Pico de La Braña (1770m) que hacemos junto al grupo de corredores que he dicho antes, conversando y jadeando, sudando y callando. Enfrente vemos el tremendo cortafuegos de Carlos va un poco mermado de fuerzas y, a pesar de que insiste en que me fuera, me quedo con él, ese era mi sitio. Coronamos y tenemos un trecho en el que podemos trotar, no sin antes disfrutar de las preciosas vistas, entre las que encontramos el imponente cortafuegos de La Braña que acabamos de bajar.

Ahora queda la guinda del pastel: hollar el Mondalindo (1830m), cumbre más alta de la carrera y desde la cual quedan 5km de bajada hasta el pueblo. Carlos va desgastándose pero seguimos. Incluso hay tiempo para los comentarios divertidos en alusión al Señor de los Anillos: "Desde aquí se ven las Torres de Mordor" (en referencia a las malditas 4 torres madrileñas). "Esta carga es muy pesada, Sam, y no tenemos lembas", me dice. Yo le contesto "Ánimo, señor Frodo. Ya casi estamos". No le ofrecí llevar yo su carga porque he visto la peli y sé que Frodo se enfada con Sam... jajaja. Menos mal que Gollum no apareció.

Nos separamos del grupo, aunque el pundonor de Carlos nos permitió coincidir con ellos en la cumbre y alcanzar a alguno de ellos en la subida final. Hay unas alucinantes vistas, aunque recortadas por las nubes, del Macizo de Peñalara y de la Cuerda Larga, a las que miro con una mezcla de admiración, respeto y desafío. "En un mes nos veremos las caras, queridas". Hay una placa en la cima recordando a Fernando, y otra de otra persona (no recuerdo el nombre, lo siento) y me hacen sentir (más que pensar).

En este punto Carlos me insiste de manera contundente para que baje solo. Ya lo había hecho en incontables ocasiones durante el ascenso, pero preferí no hacerle caso e ir con él. Ahora, en el punto más alto, sabiendo que Carlos se defiende bien en las bajadas, le "obedezco" y bajo a mi bola para no agobiarle demasiado. Entonces es cuando me convierto en "Le Fou", como Perico Delgado en su primer tour de Francia, bajando muy deprisa (no a tope pero sí fuerte). Empiezo a adelantar corredores con muchísima facilidad. Creo que 16 en total. Me ceden el paso amablemente y me cruzo también con un par de corredores invidentes con sus pértigas, flanqueados por corredores videntes. Desde luego que los verdaderos campeones son ellos, dignos de toda admiración.

En una curva hago uso de mis Trabuco 12.5USA (un 47 largo, vamos) en una frenada sobre tierra y noto un dolor punzante en el dedo medio del pie derecho. La sensación es como si se me hubiera arrancado la uña de cuajo. Duele pero permite seguir, así que trato de acomodar el pie a esta circunstancia, muevo los dedos hasta que no noto roce alguno y sigo para abajo. En esto llegamos ya a Bustarviejo. Adelanto a dos corredores y uno de ellos, al ver la meta, se lanza a por ella como si la fueran a quitar. Yo le dejo ir, no me voy a picar con él, y entro en 2h57', un tiempazo que me hace estar muy contento.

Veo a Ángel con la family. Ha hecho 2:42:30, muy bueno. Carlos llega en 3h10', cansado pero bien. Olé. Un reparador pincho de tortilla con su cervecita ayudó a nuestra recuperación (gracias).

Pues por concluir, una maravillosa mañana aunando atletismo y montaña. Muy contento por el resultado. Como decía Mayayo (2:22:28 el bestia) sacando la extrapolator (y teniendo en cuenta que son sólo referencias y no verdades absolutas) hemos hecho 19km técnicos en 3h, con un desnivel acumulado de 2300m. El Maratón Alpino tiene 44km y 5300m acumulados, pero no todos son tan técnicos (algunos mucho más, otros menos). Tenemos 9h para concluirlo. Estamos ahí. Andreas lo hizo en 2h52', "casi" como yo, y Sergio lo ve como firme candidato al MAM; con lo que yo me apropio de tan insigne honor, hala, porque yo lo valgo.

En resumen, estupenda mañana que me ha dejado muy buenas sensaciones, salvo el tema del dedo del pie, que tengo con una ampolla y ensangrentado. Aún así me deja andar, así que es sólo un leve contratiempo. No hay agujetas ni dolores articulares, con lo que espero trotar algo mañana para seguir en el camino del Maratón Alpino. Faltan las fotos, que las pondré en cuanto las tenga. Hasta entonces, pues.

viernes, mayo 22, 2009

Navacerrada -> Bola -> Cabeza Menor (y vuelta)

por: Zerolito

Bueno, pues ya está hecho el primer entrenamiento "serio" de montaña. Vamos a ver cómo fue.

El día empezó con la increíble sorpresa de que Paloma se apuntara a la aventura. Ella no sabía nada y cuando se enteró -leyendo el blog- tuvo el valor de venirse, previo paso por Decathlon para comprarse mallas, camiseta, calcetines y zapas Kalenji de trail. Increíble, esta chica.

Llegamos al puerto de Navacerrada (1858m) con un poco de retraso por esta circunstancia pero con mucha ilusión. allí estaba Yoku esperando, perfectametne pertrechado salvo porque lleva zapas de asfalto. Saludos, nos cambiamos a toda prisa y enfilamos la durísima subida al Alto de las Guarramillas (*).

(*) Parece que estoy empeñado en que tó quisqui conozca el nombre oficial de lo que todos conocemos como Bola del Mundo. "Ya está el listo que todo lo sabe..."

Comienza la ascensión a Bola. Abajo, el Puerto de Navacerrada

Yoku
empieza a trotar pero enseguida tenemos que empezar a andar. En apenas 2km tenemos que salvar un desnivel de 400m por un trayecto paralelo al del telesilla. Vamos, tirando por la calle de enmedio, nada de zetas ni caminos. Por la piedra suelta subimos a buen ritmo. Yo rompo a sudar pero en media hora llegamos a la tercera guarramilla, donde están las antenas repetidoras. Muy buen registro esos casi 4km/h con el desnivel que había. Para variar se me escacharra el pulsómetro tras 27' de funcionamiento... lo que tardó en ahogarse en sudor el hueco de la pila de litio. El corazón estaba por aquel entonces entre las 170-176PPM. Como en un 10mil, vamos, yendo a 13km/h pero sin esa sensación de asfixia agobiosa. Eso sí, la respiración increíblemente agitada, los músculos contrayéndose y tensándose lo inimaginable, las articulaciones pidiendo un descanso.


Correpocos en la nieve

Vamos parando y haciéndonos fotos aprovechando los neveros que nos encontramos en el camino. La idea es pasar un grato rodaje - andurreaje - trotiandadura - ponloquequieras en las montañas. No es un test de esos como hacemos los corredores en ruta en plan "tengo que hacer 10km a ritmo X" o cosas así. En la montaña las cosas son distintas, casi todo se relativiza y la lógica natural parece adueñarse de tu mente. Las increíbles moles graníticas, los profundos valles, los verdes bosques se aunan y te otorgan una paz, una claridad de mente y un bienestar como ningún opiáceo o derivados podría conseguir. Es absolutamente increíble la sensación de armonía que percibo en estos parajes.


Paquetillos ante la Virgen de las Nieves

Volvemos al tajo. Por fin, junto a las antenas, podemos trotar un poco. Alucinas: cuanto más cargadas tienes las piernas por la subida, más descarga un trote suave en llano. Es balsámico. Claro, que luego empieza la bajada al collado de las Guarramillas (2159m), y ahí nada de relajo: tienes que estar muy atento para no meterte un piñazo entre las piedras (fijas y sueltas) y las ramas y raices de los piornos, para mí más peligrosas aún que las anteriores. Pero nos lo tomamos con calma y no bajamos como se suele hacer en las carreras de montaña.


Hasta mi amigo Malagueta podría llegar sin perderse ¿no? ;-)

En nuestro camino hacia la Cabeza Menor nos topamos con el Cerro de Valdemartín (2282m) que nos va ofreciendo una panorámica preciosa a ambos lados: a la izquierda el Valle de Lozoya con el macizo de Peñalara al frente; y de la Pedriza y la llanura madrileña a la derecha.


El macizo de Peñalara... belleza pura

En esto nos sobrepasa un corredor de verdad. Pura fibra, al tran-tran, nos adelanta tras el saludo de rigor. Pura fibra, oye. Sigue trotando un buen trecho a pesar de la dificultad de mantener el ritmo por la pendiente y el suelo pedregoso. Olé.

Mientras Yoku se entretiene haciendo fotos hago mi primer test de bajada. Empiezo a embalarme en cuanto relajo el servo-freno y me deslizo cuan menhir desbocao por entre las piedras. Recuerdo cómo corría de chiquillo en el cercano Espinar, volviendo de Peña la Casa de asar patatas. Creo que ese es el truco para bajar en montaña: saltar y brincar como si fueras un crío.


Bajando por la Cuerda larga

Nos reagrupamos en el Collado de Valdemartín (2153m) y ascendemos a Cabezas de Hierro, bueno, a la Menor de ellas. De pronto saludamos al corredor que habíamos visto antes. Está ensangrentado, la cara y la camiseta. Nos dice que se ha caido por el camino. Le ofrecemos nuestra ayuda, agua, vendas, antiinflamatorios (que rechaza) y tras asegurarnos de que no tiene mareos y que se encuentra todo lo bien que se puede estar tras caer de bruces en el granito nos da las gracias y prosigue el camino de vuelta. Que no sea nada, compañero. Esto nos hace pensar en la montaña, en la naturaleza, sus inquebrantables leyes, pero no nos arredramos (o de eso queremos autoconvencernos)


Heidi, Pedro...


... y ¿El Abuelo? ¿Pichí? ¿Niebla? ;-)

Tras un par de despistes en el canchal de enormes piedras que preceden a la cima de la Cabeza Menor (2238m) que nos hacen variar de camino en busca de los hitos, hollamos su cima. Tras una sesión de fotos, comemos algo. Creo recordar que tardamos 1h30'/40' en llegar, lo que estaría bastante bien (pero justo) como referencia para entrar en el control del MAM, teniendo en cuenta los parones, fotos, etc (que no habrá durante la carrera) y que nos hacen acumular tiempo. Comemos tranquilamente y decidimos no ir a la Cabeza Mayor, que estaba ahí, esperándonos, por temas de horario (no de falta de fuerzas o de ganas, ¿eh?) y descendemos.

¿Que pasará por la mente de este desdichado?


Con Paloma en la cima de Cabeza de Hierro Menor


Para nuestros amigos los Paquetes


Hombretones así ya no se ven

Es aquí cuando Yoku me anima a que baje rápido. Yo prefiero bajar en compañía, por la charleta y demás, pero entiendo que tiene razon, que ya que no me estoy exprimiendo en las subidas, al menos debería ensayar las bajadas. Y eso hago. Me dejo caer con mis 82kg en canal por entre piornos y granito, tratando de no caer en cada paso. Un error es fatal pero no puedes pensar en ello, sino concentrarte en los aciertos, en cada zancada, en cada apoyo. Ver que los vas solventando te da confianza, pero las plantas de los pies arden, los cuádriceps están a tope de rendimiento. Vas al límite en cuanto a control de tu cuerpo, pero la sensación es bonita. Pelín kamikace, pero bonita.


A por el Cerro de Valdemartín


Going home


El Hombre de las Nieves

La vuelta no tiene mayor historia salvo el tramo Bola -> Puerto de Navacerrada. Ahí me dice Yoku: "Baja corriendo si quieres. Yo no tengo nada que ganar y mucho que perder...". Razonable aseveración que comparto hasta que mi lado oscuro me hace decir: "venga, nos vemos luego". Y decido bajar, haciendo un recto, por donde hemos subido. Piedra suelta y los temibles piornos acechando por doquier. Me inclino para atrás brutalmente para no despeñarme, noto cómo a veces se separa ligeramente la uña de los dedos gordos. Flipante. Un par de tropezones con ramas de piornos me hacen bajar mucho más despacio que en la Cuerda Larga. Incluso hago zetas en los tramos más chungos. Llego al puerto y tengo tiempo de llamar a Coral para decirle que ha ido todo de maravilla, que no ha pasado nada malo y ... que llegaré tarde (aunque ella ya contaba con ello)

Nos volvemos a reuinir y enfilamos hacia el bar Dos Castillas que nos recibe totalmente vacío. Una cervecita fría que me sentó fenomenal y para casa, a llevar a Paloma a la suya. Atrás quedaron las montañas, su inmensidad. Delante quedan los recuerdos, los anhelos... y una caravana pestosa en la M-40. Qué poco dura la alegría en casa del pobre...

Conclusión: estamos ahí ahí en el límite para llegar en el tiempo establecido del MAM. En un día bueno creo que podría hacerlo. En un día con incidencias (y los maratones y las montañas están plagados de ellas) no lo conseguiría. En el filo. Pero tengo más fe en mi tozudez, capacidad de sufrimiento o lo que sea que en la razón y la lógica. Si bien la semana pasada estaba seguro de no conseguirlo, ahora tengo fundadas esperanzas. Así que brindo por ello.

Gracias a Yoku y Paloma, por compartir conmigo una mañana inolvidable. Sois grandes.

Y este domingo a Bustarviejo, a seguir con la faena. Espero recuperar bien y disfrutar del Mondalindo, cota que no he subido nunca, con la estupenda compañía de Carlos.

jueves, mayo 21, 2009

Entrenos MAM - Calentando motores

por: Zerolito

Llevo unos días nervioso, con esa sensación que tienes antes de hacer un exámen, una entrevista de trabajo o la primera ecografía de tu hijo (bueno, ahí me he pasao). Se acerca peligrosamente la fecha del Maratón Alpino de Madrid y con ella se agolpan los entrenos de montaña.

Entre lo difícil que es cuadrar este tipo de entrenamientos por temas de agenda familiar, lo escaso de mi preparación, el escaso tiempo que queda para la prueba y el tremendo respeto (eufemísticamente hablando, quizá la palabra sea miedo) que me impone, estoy atacao de los nervios. Normal. Manolete, si no sabes, ¿p'a qué te metes?

Pues porque el inmenso miedo, o respeto, o eufemio, es equiparable a la fascinación, al sueño, a la ilusión que me provoca conquistar estas cumbres. Estar allí, en lo alto de las montañas. Sentirte pequeño pero grande de espíritu en esa enormidad, capaz de encoger corazones.

Como hasta ahora no he podido correr, pues pienso. Y cuanto más lo pienso más inalcanzable me parece el reto. Menos me cuadran los números mientras miro los planos, hago cálculos con mis ritmos de carrera y andando, tratando de hacer cuadrar cada tramo con la cifra mágica de 9 horas para completar la prueba. Y el no tener referencias válidas para ello me angustia, me acogota. Y me vuelve pesimista. Antes estaba convencido de lograrlo. Ahora creo que no estaré en tiempos. Quizá no sea ni tanto ni tan calvo, pero es lo que siento hoy por hoy.

Pero como decía mi entrañable profe de mates, Doña Emilia La Vaquera, vamos a despejar incógnitas. Hoy tendré la suerte de hacer un tramo del recorrido con la impagable compañía del truhán Yoku. Pobre, le he liao de mala manera para que me acompañe y ha aceptado. Este jodío ser además se ha ofrecido para ayudarme en próximos periplos. Qué alegria, oyes. Además el conocimiento que tiene de la Sierra es un extra que hace su presencia más valiosa aún.

Me enrollo de mala manera. Al tajo: este es el recorrido que vamos a hacer. El gráfico es con la vista desde Peñalara, así se puede apreciar mejor el trayecto que viéndolo desde Madriz. Aproximadamente 7km de ida, otros tantos de vuelta.


Ruta vista desde un helicóptero rojo sobrevolando la zona de Peñalara

Como véis es bastante simple: desde el puerto de Navacerrada subir al Alto de Guarramillas (vulgo Bola del Mundo) para desde allí coger la Cuerda Larga hasta Cabeza de Hierro Menor y volver. El camino de vuelta lo haremos exactamente igual en el tramo final del MAM, la subida a Bola es parte del primer plato del mismo.

Como os digo, este será el primer test serio de cara a mi participación en el MAM. El domingo el segundo, en la Carrera de Montaña de Bustarviejo. Y mañana espero contaros la crónica. Si no lo hago serán las agujetas las culpables.

lunes, mayo 18, 2009

Etimología

por: Zerolito

¿Cuál es el origen del término Correpoco? No lo se, pero se cual fue la razón de que escogiera ese nombre para el blog.

En la bitácora de Yoku encontraréis la respuesta. Gracias por la entrada, almost human being ;-)

Por mi parte poco os puedo contar. Esta semana he salido 3 días para un total de unos 35km. Patético para alguien que pretende hacer el Maratón Alpino Madrileño. Los contactos con los amigos virtuales Mayayo y Wild Runner me ayudan a controlar la ansiedad por echarme al monte, los nervios de no poder calzarme las Trabuco e irme a la sierra como me voy a la Casa de Campo. Pero bueno, por fin el domingo habrá una piedra de toque, la carrera de montaña de Bustarviejo, en la que tanto Carlos como yo podremos hacernos una idea de nuestro lugar y de las posibilidades reales de cara a afrontar nuestro reto con éxito.

Y lo dejo aquí por ahora. Entrada inusualmente corta para un charlas como yo. Pues mira qué bien.

lunes, mayo 11, 2009

24h Torrejón - Qué grandes sois, paquetillos

por: Zerolito

No parece que las palabras grandes y paquetillos mariden demasiado bien, ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. Al igual que hicieron el año pasado pero con una participación más nutrida, un grupo de amigos paquetillos en general se apuntaron a una prueba de ultrafondo de las que dan que hablar.

¿Ultrafondo?¿Y eso qué es lo que es? Se conoce con este palabro a cualquier distancia que exceda el recorrido de un maratón, esto es, más de 42195m.
¿En qué consistía la prueba? Pues nada más y nada menos que te dan la salida a las 12h del sábado, en un circuito cerrado de poco más de 1km, y tienes 24h para recorrer la mayor distancia posible. Cada vuelta pasas por "boxes" y tienes a tu disposición comida, bebida, WC, colchonetas para echar una siestuca...

Los Paquetes parecemos estar hechos para el ultrafondo. Debutamos en esta locura en los 50/100km de Madrid, en 2007, y desde entonces el sobrepasar la barrera del maratón se ha convertido en algo casi cotidiano, que la mayoría hemos hecho alguna vez.

Pues bien, la prueba del éxito de mis amigos en esta prueba no es sólo la numerosa participación y lo bien que se lo pasaron los jodíos. Además consiguieron el 3er Premio por equipos. ¡¡¡Olé y olé!!! Sois la leche, colegas. Y un orgullo teneros por amigos.

Da igual el número de vueltas que haya hecho cada uno. El hecho de afrontar un reto de esta índole los engrandece y los ha hecho vivir una experiencia que no olvidarán, y que muchos desconocerán por completo (yo entre ellos... por ahora). Todos han triunfado, y suya es la gloria.


Jordan, Yoku, Efejota, Darth Vader, Aspen, Gebrelayos, Uros y Manta. Grandes.


¡¡¡¡El tercer puesto por equipos es nuestro!!!!

No os creáis que son superhéroes ni nada por el estilo. Son gente sencilla, normal, una pandilla que se divierte junta, con un puntito de gamberrismo sano a que les encanta quedar si hay tortilla y cerveza fría, y que se atreven a hacer locuras porque están vivos. Se niegan a apoltronarse en un sofá y buscan. Nuevas sensaciones, nuevos retos, cualquier cosa por extraña que parezca. No existe el NO por respuesta a nada. Gente que se ha ganado a pulso que se acuñe de nuevo la palaba amigos, tan difícil de pronunciar en esta época; a nuestras edades en las que la mayoría perdemos esos amigos de años atrás. Están locos. Son más cuerdos que la mayoría. Bravo por ellos.

jueves, mayo 07, 2009

Mapoma-09, desde atrás

por: santi

Hola, creo que he descubierto cómo publicar un artículo en Correpoco (tres años después...).

Tras leer las emocionantes crónicas maratonianas de Jesús y de Amando me queda poca épica que añadir. Daré brevemente mi versión de la carrera. Anuncio a los espíritus sensibles que este relato puede ser desgarrador (muscularmente).

El último domingo de abril en Madrid ha sido en los últimos años un día semitropical. Ya estábamos preparados para ese sol que de doce a una te mata cuando ocurrió lo inesperado: que saliera un día fresquito y nublado. Por pedir algo, hubiera sido mejor que no lloviera al principio pero la verdad es que tampoco molestó mucho. Un efecto negativo de que salga un día estupendo es que te quita una magnífica excusa para justificar que petes al final.

Los primeros quince kilómetros los hice con los atletas olímpicos Jesús-Zerolín y Amando-Bassrunner que me llevaban bastante engañado porque teóricamente la estrategia era 5:40/km al principio y luego según las fuerzas. Realmente el ritmo de los primeros kilómetros, quitando las aglomeraciones, fue sensiblemente inferior a 5:40 y ya iba percibiendo que me estaba equivocando de liebres, que Jesús y Amando iban demasiado bien, y que yo necesitaba más tortugas que liebres. Después de disfrutar por Madrid en tan buena compañía decidí hacer una parada técnica para, además, tener una excusa que me permitiera perderlos de vista y ponerme un ritmo más a mi medida con la idea de no tener que utilizar el billete de metro.

Mantengo el ritmo, tras pasar la media en 1:56:35, voy bien, incluso me hago la ilusión de alcanzar a mis compañeros; ahora creo que esta ilusión, más que una posibilidad real, era el primer síntoma de agotamiento, de que empezaba a no coordinar. Hasta la bajada del Parque del Oeste todo bien, la cabeza alta y el trote ligero cual gacela, pero quién me iba a decir que iba a ser en una cuesta abajo cuando iba a empezar a verle las orejas al lobo. Esa cuesta del Parque del Oeste, hasta la avenida de Valladolid, me sirve para descubrir que mis músculos no van tan lozanos. Luego, hasta la Casa de Campo, vuelvo a recuperar las buenas sensaciones. En la Casa de Campo aguanto, aunque ya voy llegando a la conclusión (últimos momentos de lucidez) que mi objetivo de bajar de cuatro horas es inalcanzable porque el colchón de diez minutos para los últimos diez km es poco teniendo en cuenta las cuestas que quedan y mi estado de pre-amaderamiento.

El último rato bueno lo tengo en el Paseo de la Ermita del Santo, camino del cementerio (el de San Isidro, digo; no es una metáfora aunque bien podría serlo). Incluso adelanto a la gente y me digo, ¿y si resulta que voy mejor de lo que pienso? Pues no. Giro a la izquierda, encaro el Calderón y vuelvo al planeta Tierra. Aquí empieza mi calvario, y quedan ocho kilómetros, ¡Santo Cristo! He oído decir que, el último siete mil del Maratón es la hora de la verdad. Ahí la cagas o triunfas, y creo que es verdad. Yo la cagué. No me ayudó mucho el ritmo demasiado vivo para mi de los primeros kilómetros, pero no me engaño porque, realmente, creo que al final lo que pesa es la preparación y, por supuesto, la calidad. Eso es fundamentalmente lo que te hace finalizar bien (dentro de un orden), mal o remal. Mis últimos kilómetros de este mi quinto maratón acabado (sexto iniciado) fueron de demasiado sufrimiento. Cuestas interminables, dolores en todos los puntos de mi cuerpo, y las zapatillas que, por algún motivo, se habían convertido en yunques. A cambio está el ánimo de la gente, la gasolina extra que te da finalizar un maratón y, en mi caso, ese dorsal adornado con la foto de Miguel (mi cachorrillo de cinco meses) y con algún otro homenaje íntimo al que no podía fallar.

Lo del ánimo de la gente es un fenómeno contradictorio. Se agradece mucho, especialmente por la buena voluntad que encierra el que alguien piense en ti, en ayudarte. Es hasta emocionante. La parte extraña del tema es que cuando, entre muchos corredores, alguien que no te conoce te elige precisamente a ti para animarte es porque i) tiene buen corazón e ii) entiende que entre todo lo que ve eres el que peor va. Otros animadores te sacan una sonrisa, como un niño que animaba a nuestro paso en el kilómetro 38 diciendo que ya habíamos hecho lo peor. No la faltaba la lógica, pues haber hecho 38 de 42 es objetivamente haber hecho casi todo, pero es que en esos últimos siete kilómetros la lógica subjetiva humana se transforma y en tu cabeza las cosas no funcionan así sino, más bien, al contrario: piensas que has hecho lo más fácil (lo que ha quedado atrás) y que queda lo peor, cuatro p. kilómetros cuesta arriba en unas condiciones en que no te moverías del sillón ni para huir de una habitación en llamas. De todos modos, se agradece el ánimo y, de hecho, creo que yo no correría el Maratón de Madrid si en los últimos kilómetros no hubiera tanta gente dispuesta a animar.

Otro síntoma de ir remal es lo que cuesta adelantar a la gente que ya ha dejado de correr y hace los repechos andando. Crees que vas corriendo cuando en realidad vas en un formato de desplazamiento que es estrictamente lo que va después de andar.

A pesar de todo se sigue adelante. Tengo que reconocer que la entrada en el Retiro me proporcionó un breve momento de felicidad, al ver que ya no quedaba mucho y que las cuestas por fin se habían acabado. Pero este año he llegado chungalí, hasta los últimos metros han sido un suplicio y, lo que más me sorprendió, tras atravesar la meta no sentí el alivio ni la felicidad enorme de finalizar que experimenté otras veces. Lo seguía pasando muy mal: los músculos, los tendones, los pies (el orgullo). Y encima la creencia de haber hecho algunos segundos por encima de mi mejor marca. Pero, por fortuna en eso me equivoqué porque sí había rebajado mi marca (aunque en unos insignificantes 19 segundos), simplemente es que al parar el reloj recordé mal la marca anterior.

Y tras la llega a la meta el reposo del guerrero: Isabel, mi mujer, con Miguel, a los que dediqué la carrera, y que tengo que reconocer que su ánimo telepático me ayudó a llegar una vez más. La conversación con mi madre, que siempre me regaña por hacer estas barbaridades. Coral y Matilde con los niños, el apoyo constante.

El reencuentro con los amigos tras la valla de llegada fue emocionante: Jesús había hecho una marca enorme, y no la hizo mejor porque no arriesgó mucho al principio: estaba para bajar de las 4horas y 50 minutos, estoy seguro (y en el futuro: ¿dónde está el límite?). Supe que iba a hacer una maratón de escándalo un domingo de los de valla de la Casa de Campo en el mes de marzo en el que esprintó subiendo el Mortirollo, porque quería adelantar a un ciclista. Su tiempo me llena de alegría. Es el premio a una buena preparación, a, por fin, una temporada sin lesiones y, sobre todo, a que sus piernas (¡qué piernas!) tienen mucho atletismo. Me alegro mucho de sus triunfos de este año; este chico merece todo lo bueno que le pase. Sus emocionantes relatos de entrenanientos y carreras nunca olvidan a los amigos así que es justo que los amigos disfrutemos con sus grandes logros. Jesús se ha transformado en tres años: ¡¡¡qué tiempos en que se le caía el chip en el primer kilómetro o que era el hombre o gallina más feliz del mundo por acabar una media maratón en dos horas!!! Has ganado como atleta, pero el precio es que acabó la edad de la inocencia (y, por mi parte, en que ahora me toca resignarme a sólo ver tus espaldas). Amando acabó su primera maratón (!!!!) y bajó de cuatro horas (!!!!), aunque no pudo mejorar su marca “no homologada” de menos de tres horas. Un logro que es mayor cuando te enteras de que le tocó morder el polvo los últimos cuatro kilómetros. Ahí está la casta, no andar, no coger el metro, sufrir (a cambio de nada) y seguir adelante aunque la aguja marque cero (me siento muy identificado contigo, Amando). Te tocó pagar el pato, pero el día que llegues con un poquito de gasolina al final vas a hacer un marcón de escándalo.

A ambos, que veo que no tenéis límite, os digo que si hubiera justicia divina seríais expulsados del kolectivo correpoco porque es evidente que traicionáis su espíritu dado que ya no corréis poco (lo mismo aplica a Paloma).

Envío un abrazo a los demás paquetes, especialmente a Leandro que estuvo por ahí dando ánimos, a las chicas fotógrafas cuyo nombre no recuerdo (lo siento), y a Yoku, al que vi sufrir tanto en la meta el año pasado que me alegra especialmente saber (a través de su blog) que esta vez se vació pero con más alegría con unos magníficos 3:47 y que no acabó jurando que nunca más correría un maratón. Yoku: tú también eres grande.

Aunque me tocara sufrir y en esas cuestas del Manzanares pasé momentos de verdadera crisis atlética, correr con los amigos y compartir los buenos y los malos momentos mola. ¿Se puede pedir más?

miércoles, mayo 06, 2009

El nuevo viejo Maratón Alpino Madrileño

por: Zerolito

A vueltas estoy con este tema. Aún recuperando el tono tras el esfuerzo maratoniano y resulta que no puedo descansar en paz. Bueno, esto mejor lo dejo para dentro de unos años... en fin. El tan cacareado gran objetivo de este año, el Maratón Alpino Madrileño (MAM en adelante) ha cambiado el recorrido, recuperando una parte de su anterior trazado. Ya no sufriremos miedos en el Risco de Claveles ni gozaremos de las increíbles vistas del macizo de Peñalara desde la Laguna de los Pájaros (una de mis favoritas). A cambio... bueno, mejor os pongo el plano.



¿Qué ha cambiado? Pues el principio permanece mas o menos igual. Eliminan, eso sí, la subida al Alto del Telégrafo, donde coronarán los participantes de la carrera que se celebra simultáneamente al MAM. Inteligentes, ellos. Sigo. En el ecuador de la carrera, tras coronar Peñalara, bajamos directamente por Dos Hermanas en lugar de ir por los riscos (y después lagunas) de Claveles y los Pájaros. Un descenso más abrupto, creo.

Al llegar a Cotos no subimos a Bola directamente, sino que lo haremos por los Tubos de Cabezas de Hierro. Unos 3km de brutal ascensión en la que ascenderemos cerca de 600m. Esto es un 20% de pendiente media, ¿no? Juer... Lo podéis ver en esta foto que sacamos este mismo martes, en una salida relámpago que hicimos la family a tirarnos bolas de nieve y pasear por la sierra al salir del curro/cole.


Cabezas de Hierro, de melón, de chorlito y dos niños guapos guapos jugando después del cole.

Desde Cabezas de Hierro cogeremos el final de la Cuerda Larga hasta Guarramillas (Bola del Mundo) y desde allí bajaremos hasta Cercedilla apretando el culo para que no nos cierren el control.

El amigo Mayayo ha realizado un análisis más claro en su blog de Carreras de Montaña (sin eñe, que los dominios de Internet es lo que tienen) . Recomiendo una visita guiada por sus páginas.

Vale, y a todo esto... ¿qué voy a hacer? ¿cómo me las maravillearía yo (Lola Flores dixit) para que se me baje esa inflamación que tengo ahora mismo al nivel de la epiglotis? Pues no queda más remedio que atacar los fantasmas. Igual que hicimos el paso de Claveles en la I Zerolada a Peñalara, que podéis revisar en este mismo blog, también sería bueno darse un garbeo por la sierra antes del MAM. En plan tranqui. A botepronto se me ocurren dos etapas y al menos una competición en montaña:

  • Cercedilla -> Navacerrada -> Bola y vuelta. Vamos, como el principio del MAM. Unos 22km.
  • Cotos -> Cabezas -> Bola -> Cotos. Más cortita, unos 10km. Si estamos muy fuertes podemos salir de Navacerrada/Cotos y hacer Bola, bajar y subir Cabezas enganchando el itinerario de antes. O hacer un ida/vuelta a Peñalara subiendo por Citores y bajando por Dos Hermanas.
  • Competición en montaña: Pensaba hacer el Cross de los Tres Refugios, pero me pilla mal por fechas. Así que probablemente me inscriba en el Memorial del gran Fernando García Herreros, en Bustarviejo, que parece algo más asequible.
Pues eso. Se admiten sugerencias y, sobre todo, compañeros de viaje. Ah, Bassrunner, Bassrunner...

Trío de Ases

por: Zerolito


Cualquier cosa menos encontrarte con el de la izquierda en una calle oscura.
Te cambiarías de sitio en el metro si se sentara a tu lado el del caracolillo en la frente.
Te desvalijaría y no te darías cuenta hasta llegar a casa.



Tres amigos. Tres triunfadores. Tres Correpocos.

martes, mayo 05, 2009

Corolario Mapoma 09

por: Zerolito

Bueno, tras el artículo sobre el Maratón es la hora de pasar página. Para ello mezclaré fotos, comentarios a vuelatecla, estadísticas y zarandajas varias.

Lo primero es hacer un análisis de los tiempos de paso. Gracias a las estupendas estadísticas que nos ofrece Mapoma a través de Championchip puedes hacer un análisis pormenorizado de tu carrera. (Nota: ¿por qué no ofrecen este servicio otras carreras de renombre?)

Resumen:

Tiempo Total: 3:54:17 (5:33/km)
Primera Media Maratón: 1:55:55 (5:29/km)
Segunda Media Maratón: 1:58:22 (5:36/km)


Tabla con tiempos de paso, velocidades medias acumuladas y posición.

Teniendo en cuenta que son resultados provisionales y que habrá descalificaciones y ajustes y demás, me gusta comprobar que a pesar de haber perdido 211 posiciones hasta el km 25, desde ahí hasta el final adelanto a 902 personas. Esto dice mucho sobre la estrategia del corredor, si te cebas al principio cualquier paquetillo te pasa en los kilómetros finales.


Tabla con tiempos de paso en cada intervalo, velocidades medias y por tramos.

El tiempo perdido en la segunda media no es excesivo. Mas bien es muy poco y despreciable en comparación con la diferencia de perfil. En la primera parte la subida es al principio, con las piernas frescas, y luego es bajada. En la segunda tienes un muy falso llano en la Casa de Campo y subida contínua desde el 35. Así que haber reservado fuerzas para el final creo que ha sido la opción más acertada. Los parciales son bastante homogéneos y acabar los últimos km a 5:27 es la caña.

Y para terminar unas fotitos, que tienen su gracia.


Llegando a la meta del Retiro. Parezco cansado, ¿no? pues no habéis visto ná...


Recién traspasada la meta del Retiro. Sin comentarios, pero estaba feliz pese al careto. Y sin mareos, dolores raros ni nada.

Bueno, dejo para otro rato reflexiones más sesudas sobre este maratón, que ha sido el más satisfactorio de los tres que he corrido. Hasta la próxima, que hablaremos del Maratón Alpino Madrileño y sus cositas, que tienen tela marinera.