miércoles, diciembre 11, 2013

Entrenamientos

por: Zerolito

Estaba esperando a ver si el amigo Bassrunner se decidía a comentar su fantástica marca de 48' en la carrera "Ponle Freno", pero veo que no se atreve. Bueno, sólo queda felicitarle por la recuperación y la progresión. Y el blog, a lo suyo.

Ahora que estoy siguiendo un plan de entrenamiento de cara al maratón de Toledo estoy haciendo kilómetros como churros. Han vuelto el cansancio, las piernas de madera y demás sensaciones desagradables. A cambio creo que estoy poniendo a trabajar el cuerpo y espero -ya veo- resultados positivos. Y tanto pensar sobre el entrenamiento he puesto los dedos sobre el teclado, los he dejado volar y ha salido esto.

Si nos fijamos bien la palabra entrenamiento es la unión de "entrena", del verbo entrenar, y "miento", del verbo mentir. ¿Realmente es así? ¿Se miente cuando entrenamos, se miente cuando lo contamos, se miente siempre o sólo a veces? Existen muchos tipos de entrenamientos, vamos a ver los más llamativos.

  • Entrenamiento de Bárcenas. Esto es, sin declarar, en B. Oculto. El del típico corredor que dice que sólo ha salido tres veces a rodar un rato esta semana y lo que no cuenta es que ha hecho un día series largas, otro un fartlek salvaje y el siguiente una salida al monte de 28km con 1500D+ en  3h. Al no tener fiscalizados esos entrenamientos piensas que podrás con él en una carrera, pero lo cierto es que está como un toro y te machacará sin piedad en la primera cuesta arriba. No son de fiar, quizá el máximo exponente del dúo entrena y miento.
  • Entrenamiento de Belén Esteban. Se te ha pasado el arroz. Estás fuera de forma y por más que lo intentes no avanzas nada. Para seguir en el candelero recurres a la cirugía estética: te compras ropa nueva, otra mochila, otra riñonera, cambias de GPS, te apuntas a una carrera donde crees que podrás utilizar todo este material que te has comprado para motivarte. Excusa barata, dices que lo necesitas pero no es cierto. Es una mera herramienta de distracción para ocultar a tu pareja y amigos que no andas ná. Pero ná de ná. Y lo peor de todo es que cuando te pones tu ropita nueva pareces un espantajo: la talla que antes te valía es ridículamente pequeña y realza justo lo que quieres ocultar. La riñonera no ayuda, y con la mochila colgando pareces directamente un homeless de colorines. Patético.
  • Entrenamiento Ana Obregón. ¿Es un robado o un posado? No entrenas una mierda pero gracias a tus conocimientos de Photoshop pones en tu Facebook fotos subiendo rampas infernales, trotando por bosques impenetrables, apoyado en el hito de alguna cumbre, siempre con una sonrisa y perfectamente enfocado. Estás siempre inmaculado: no existe el cansancio, no tienes marcas de sudor, de deshidratación ni manchas en la ropa ni barro en las zapas, pero ¿quién se fija en esas cosas? Existe una modalidad profesional de este tipo de entrenamiento. Escoge la ruta que quieras, hazte unas fotos por el camino y di que has llegado 3 días antes que el anterior récord. No hace falta publicar track ni nada, con un par de fotos del trayecto y unas cuantas más en el destino bastan para conseguir patrocinadores y repercusión en lo que se llaman las redes sociales.
  • Entrenamiento de la Troika. De país rescatado. Te dejas los cuernos día a día, luchas por mejorar en cada salida, pero de alguna manera extraña los beneficios que deberías obtener pasan a tu compañero de entrenamientos. Haciendo lo mismo él cada vez va mejor mientras tú te estancas. Frustrante, sobre todo cuando al decir la verdad sobre tus entrenamientos en un foro te contestan: "es mentira, si entrenaras todo eso tendrías que ser sub3h en maratón, y mírate". En esta ocasión el corredor no miente pero pasa por un mentiroso compulsivo. Sin duda, la sensación más amarga.
  • Entrenamiento del Diputado: Donde dije digo, digo Diego. Y empiezo a aplicar recortes. Planificas tu entrenamiento minuciosamente: mesociclos, microciclos, semanas de carga, de asimilación, entrenamiento cruzado, descanso activo, etc. Todo perfectamente equilibrado, como un programa electoral. Cuando tienes completa la planilla la imprimes y te la pones en un lugar bien visible, para interiorizarla. Ha quedado perfecta. Llegado el momento de entrenar te vistes, pero no te ves con ganas. Tuiteas a tus amigos "Me tocaba una sesión de cuestas pero no tenía sensaciones, con lo que lo he cambiado por un rodaje tranquilo". Al día siguiente te toca un progresivo y comentas: "Comencé a correr y me sentí fenomenal, con lo que no aceleré y estuve disfrutando del paisaje un rato". El día de la tirada larga recortas porque "ya habías corrido lo suficiente" y no querías quemarte. Bueno, en realidad querías llegar pronto a casa para la hora del aperitivo. Al final decides que ese entrenamiento no te ha ido bien y buscas otro para reemplazarle. Y vuelve a pasar lo mismo. Como en política.
Hasta aquí la reseña. Si conoces algún otro tipo de entrenamiento háznoslo saber. La divulgación de las últimas técnicas de entrenamiento es tarea de todos.