Post-Aranjuez, SanSil, Feliz 2010 y más

Bueno, con unos días de retraso me planto aquí a felicitaros el año nuevo. Es curiosa esta costumbre que tenemos los primates aventajados de volver a empezar continuamente para que todo siga igual. De cualquier manera es época de buenos propósitos. Y como quiero ser positivo espero de corazón que los vuestros cuajen.

Hablemos de correr. Tras la "machada" de Aranjuez desconecté del plan sub-45. El esfuerzo en estas carreras de 10km es demasiado para mí. Como dije, me dejó más agotado psicológicamente que un maratón, así que deseché inmediatamente apurar más (quedaban dos semanas del plan) y olvidarme de disputar la Sansil Vallecana y el Trofeo Pàris, la carrera del Foro de ElAtleta.com y que, deshonrosamente para mí, nunca he corrido.

La SanSil fue un pequeño desastre. Estoy esperando a que Bassrunner escriba su crónica (negra) de la ¿carrera?, ya que por culpa de la desorganización de Naiqui (se pone Nike y se dice así de raro, creo) no pudo correr.

Y yo casi tampoco. Mis hijos, tras una reñida votación, me iban a pintar la cara de león y de esta manera participar de la fiesta que es la carrera vallecana. Para ello compré en los chinos un tinte amarillo-yema-de-huevo para el pelo. Curiosamente al aplicarlo mi cabellera adquirió un tono verde botella que nada tenía que ver con el pelaje del felino. Así que decidimos in-extremis disfrazarme de payaso verde, gracias a una nariz de ídem que me dieron en la Sansil de hace dos años. Curioso.

Tras saludar a los Paquetillos me planto en la salida del su-b45 y compruebo con desazón que pasa lo de siempre. Se supone que la gente de este grupo corre entre 4:10 y 4:30 el kilómetro. Pues bien, el km 1 lo pasamos en 6 minutos. Que no está mal para trotar, vamos, pero que no es lo suyo. Empieza a llover y granizar, hace frío y estoy solo, por lo que decido desconectar de todo y saludar a todos los niños pequeños que aguantan en las aceras bajo un clima horroroso. Pobres míos.

Kafkiano, por no decir imbecilidiótico de narices, fue cuando llegamos a la Castellana. Por fin podemos correr aprovechando la amplitud de la carretera, cuando en el km 3 veo un grupo de corredores que vienen hacia mí... ¡¡¡en dirección contraria!!! ¿Y esto? ¿Estamos locos o qué?

Resulta que había una alfombrilla para marcar el tiempo intermedio de paso que ocupaba la mitad del ancho de la calle. Mal por los del Naiqui, pero peor por estos descerebrados que se ponen a correr contra 30000 personas y cruzarse peligrosamente. Todo por pisar una alfombrilla que te dará un tiempo intermedio de nosequé... ¿no llevas reloj, chaval? Pues eso, membrillo.

Tras este mosqueo por lo peligroso sigo a lo mio: chocando palmas, saludando niños, adelantando gente a pesar de ir a 5' el km, empamándome del ambiente y del frío agua que a modo de despedida nos ofrece el último día de 2009. Por cierto, que muchos runners se lamentaban del agua, como si fuera la primera vez que se mojan mientras corren. Quizá sí fuera la primera vez, pero el caso es que me resultó curioso, con lo que me gusta a mí trotar en días de lluvia.

Vuelta a casa y ducha rápida. El agua caliente entona mi cuerpo mientras veo con sorpresa que es de color amarillo. Así que el tinte era realmente de este color, el problema es que mi moreno pelaje es azul por dentro y si me mezclo con amarillo doy verde. Toma ya.

Y desde ahí sólo un par de salidas. Para rematar la desconexión diezmilera el domingo pasado me marqué 25km, por las buenas y sin más, acompañando al amigacho Lander en el Retiro (la primera vez que corro en este parque) ya que está preparando el Maratón de Valencia. Bueno, acompañándole a él y a una nutrida selección paquetil, como siempre.

¿Más cosas? Sí, hay muchas novedades, pero esperaré a la semana que viene para contarlas. Quedáos con mis mejores deseos para este nuevo año, que estará cargadito de ilusiones, proyectos... de esas pequeñas cosas que nos hacen sentir vivos. Un abrazo a todos.