miércoles, octubre 29, 2008

Querida Casa de Campo:

por: Zerolito

Os contaré mis disquisiciones de ayer cuando me dirigía a la Casa de Campo, a correr a pesar del frío intenso, del viento y de la lluvia, del cansancio y del ganduleo natural en mi.

Soy un privilegiado, o así me siento, al tener la CdC tan cerca de mi casa. Hay veces que incluso me planteo si me gusta correr o es una excusa para adentrarme en este bosque, una auténtica isla entre el urbanismo exacerbado que nos rodea. ¿Corro para encontrarme bien o como excusa para perderme entre cuestas, arroyos, pinares? Trotando voy más lejos que andando, claro, y llego a más sitios, más lejanos y recónditos donde disfrutar de la soledad en compañía de la naturaleza. ¿El ejercicio relaja mi mente o es la visión de fresnos, ardillas, conejos y picapinos la que me da la paz con la que vuelvo? ¿O la sensación de soledad en un entorno que te acoge, que te acompaña sin molestar? Probablemente sea una sinergia entre ambos aspectos. Correr me gusta, y la naturaleza me da equilibrio. Lo que está claro es que correr me costaría mucho más si sólo pudiera hacerlo en parques. No te digo nada si lo hiciera por aceras o por "preciosas avenidas urbanas" tipo Castellana. No creo que lo aguantara.

Pues ayer iba pensando mientras me acercaba a sus dominios que cada día hago casi 3km basura. Los que tardo en meterme de lleno en la Casa de Campo y salir de ella. Unos 800m hasta cruzar el paso elevado de la A5 y otros 750, ya dentro del parque, hasta que llego a la zona dominada por el Arroyo Meaques, donde ya me encuentro "en casa". Los primeros, de ida, son de chequeo de sensaciones, de repaso mental de por dónde iré (o no), del plan (o ausencia del mismo), de supervisión de lesiones. Desde el paso elevado, mientras trato de no respirar el pestilente hedor de la plaga de automóviles, contemplo la inmensidad verde, las copas de los árboles, el sinuoso perfil del parque. Al fondo, la sierra, cuya visión siempre me conmueve, y que parece esperar pacientemente una visita. Allá voy.

A la vuelta, ya cansado después del entrenamiento, quedan otros 1600m de subida. Según asciendo por la rampa que lleva a la tapia voy notando ese calor insano que desprende la ciudad. Los susurros del aire entre los árboles se mezclan y se apagan finalmente vencidos por el rugido de los coches. El aire fresco y el olor a tierra, desaparecido por el olor a gasoil quemado. Las cumbres serranas se tornan "skyline" (que Aluche también lo tiene, faltaría más) y tengo que seguir subiendo hasta llegar a casa tratando de no sentirme fuera de lugar. Los senderos son ahora cruces con semáforos; los fresnos, una gasolinera; el bosque, un bingo. El olor a tierra mojada, las pisadas en un lecho de hojas de pino, las hojas caducas amarilleadas por el sol, una vez roto el hechizo como en la Cenicienta, se tornan humos de combustión, charcos de agua sucia repleta de grasa y contaminación, el gris ciudad que cuando llueve es más deprimente aún.

Vuelvo penoso desde el lugar donde me hubiera gustado quedarme. Finalmente desconecto el pulsómetro y subo a casa, a mi hogar. Si pudiera transportarlo al límite mismo de la tapia...

8 comentarios:

BassRunner dijo...

Lo de que eres un privilegiado ya te lo digo yo. Me encanta la Casa de Campo para correr... pero, en mi caso, para llegar allí tendría que hacer unos 8 kilómetros de los cuales dos o tres son cuesta abajo. Esto significa que volver sería dos o tres cuesta arriba desde la M-30 a Francos Rodríguez... (me muero).
Pero te aseguro que no pasará mucho tiempo antes de que ese sea uno de mis entrenamientos (casa-tapia-casa)

Anónimo dijo...

Jesús, que suerte tienen/tenemos algunos y esta bien que alguien nos los recuerde.

Darth

Anónimo dijo...

La CdC es un lugar muy especial, que asocio a mi infancia más feliz. Ahora es un lugar que queda alejado de mi casa y que sólo visito una vez al año como mucho.

Eres afortunado, sí.

Mildolores dijo...

¡Qué te voy a decir que no sepas!
No sé salir de ella. A veces me da la risa cuando doblo entrenamiento y me sorprendo haciendo CdC por la mañana en bici y corriendo por la tarde.

¿Habré perdido el norte?
¿Me encargarán el plano actualizado de los caminos y cortafuegos para la primavera-verano que viene?
No creo. Aún está Lloz, el de Las Tapias, que es peor que yo.

cabesc dijo...

¿aluche? ¿CdC? Que vicio tenemos los que por allí nos hemos movido. Cuando estoy en Madrid, tengo que entrenar y sé que puedo acercarme hasta allí: ni lo dudo.

¿skyline? mejor que borderline, jajaj.

Zerolito dijo...

Bassrunner, siempre puedes ir y venir en metro... o en taxi, con el Cuñaaao :-P . aún recuerdo tu primer entrenamiento, que fue ese precisamente. Me quedé así: :-O

Darth, ahí le has dao. Es todo un lujo. A ver si repetimos esas Tapia+Bosque+Cafe (con churros, tortilla o lo que sea)

Yoku, ¿por qué no te vienes en bici/coche/metro? Tu que eres una maruja, podrías. Y si quieres meterte un madrugón un domingo me remito al plan comentado por Darth ;-) YO la CdC la asocio a mi infancia feliz y a mi madurez... feliz también :)

Mildo, reconozco que envidio tus conocimientos sobre la CdC. Bueno, eso y que seas capaz de hacer un half de esos. Como dice Darth, somos privilegiados en disfrutarla y lo suficientemente sensibles/sensatos para quererla tanto.

Cabesc, ya te digo. El barrio y la CdC tienen un encanto especial. Lo del skyline... es una licencia, claro (y mejor que el borderline...jajaja)



Lander dijo...

La verdad es que tienes mucha suerte de vivir tan cerca de ella.
Precioso post Jesus da gusto leerte.
Un saludo.

Carlos dijo...

Has conseguido transmitir perfectamente las sensaciones Zerolito. Yo la conozco muy poco, apenas por los pasos del Mapoma, y alguna visita al Zoo, pero sí, es un lugar idílico para trotar, (entrenar igual igual nos hacía perder muchas cosas)

Saludos. ;-)