lunes, octubre 06, 2008

XVII Cross de la Pedriza

por: Zerolito

No se para cuantas páginas dará el tema, voy a dejar volar los dedos sobre el teclado para contaros una increíble experiencia en la que pagamos nuestra bisoñez e inexperiencia en montaña con sudor, golpes y agotamiento, pero en la que tuvimos la recompensa de hollar caminos inexpugnables, recrearnos con imponentes vistas y disfrutar de la montaña como auténticos cochinos de Canto Cochino.

Ante nosotros se presentaba una dura prueba: 19.6km de alta montaña, con 1237m de desnievel (tanto positivo como negativo) para un total de 2474m de desnivel acumulado.


El día no comenzaba muy bien. Sueño y cansancio después de un dia familiar en las Hoces del Duratón (cordero asado incluido en Casa Paulino, Sepúlveda), durmiendo poco y recibiendo un mensaje de Gebre avisando que no podría venir. Qué tristeza, compañero, se te echó de menos por las cumbres, pero habrá más ocasiones.

Nos encontramos Darth Vader y yo en la cola de chips y nos fuimos a por el clásico café con churros. No había de éstos últimos, con lo que las desgracias nos abruman. Encontramos a Manta y a Angelzurdo y nos disponemos a salir en cola de pelotón. Ya desde el principio se abrió un enorme hueco entre la cabeza de carrera y nosotros. Hasta Manta se adelantó unos metros, aunque le cogimos rápido :-P cuando la cosa empezó a ponerse seria y apenas se podía correr, sólo andar penosamente. Se había hecho un corte en un dedo al "frenar" con un árbol, el pobre. No sería sino la primera de sus desdichas.

Después de mucho sudar tras el Collado del Cabrón llegamos al km 5, primer avituallamiento. Un densísimo bosque de pinos nos había acompañado pero a partir de este punto la cosa se pone mucho más dura. subir es más que penoso, se tiene que trepar en incontables ocasiones. El camino se pierde con facilidad a pesar de las marcas (algún gracioso estuvo quitando las marcas que había puesto la organización el día antes y tuvieron que volverlas a poner a primera hora). La subida hasta las Torres es muy dura pero encontramos tesoros naturales alucinantes. Manantiales que nacen debajo de moles graníticas y serpentean entre sus huecos para desaparecer en lo más profundo, valles que se muestran ante nosotros bajo un cielo raso, azul y brillante. Son momentos capturados en nuestra retina y que estarán en nuestro corazón siempre. Pero volvemos al tema del sudor...

Por aquel entonces nos habíamos aclimatado algo a la altitud. Los primeros km se habían hecho muy duros y ahora estábamos con una respiración más pausada. Pero el esfuerzo que exigía la ruta a nuestro cuerpo era enorme. Yo sentía, y es verdad, que las piernas iban a explotar. Esa era la sensación, de tenerlas infladas y a punto de reventar al subir esos endiablados desniveles. Yo me decía "... y por aquí la peña corre...." y alucinaba. Finalmente coronamos la zona de Las Torres (1990m) y recibimos avituallamiento líquido y sólido (pasas a mansalva, conguitos de chocolate ...) que engullimos como si fuera nuestra última oportunidad de sobrevivir. Recibimos el apoyo de los organizadores mientras te das cuenta que han tenido que subir 75 botellas de 1.5L a 2000m de altitud para que podamos beber, y les agradeces el esfuerzo no sólo organizativo, sino personal.

Vamos bordeando cumbres y vemos el precioso valle al otro lado de la Pedriza Posterior. En el anterior control llevábamos poco menos de dos horas de travesía y seguíamos sin noticias de los corredores escoba (los que van recogiendo a los últimos e indican el cierre oficial de control). Yo los conocía merced a un divertido cruce de mensajes en el foro de ElAtleta.com. Comenzamos a subir y bajar incesantemente por toda una larga cuerda de moles graníticas. El camino se intuye entre marcas de un PR, mojones y jirones de cinta plástica. Aún así hay veces que es complicado seguirlo. Yo voy comandando el grupo buscando las marcas... una... otra... sin descanso.

En este alejado punto los riscos son impresionantes, te empequeñecen el alma y te sientes frágil, desvalido ante tamaña grandiosidad. La quietud y majestuosidad del lugar ponen aún más en evidencia nuestros torpes pasos, nuestra pesada marcha. Después de más de dos horas luchando contra nuestras limitaciones en un terreno de alta montaña nuestras fuerzas empiezan a flaquear. Es en este punto donde tenemos que poner más cuidado, ya que los apoyos comienzan a fallar por el cansancio acumulado. Unas cabras, mirándonos a escasos metros de nuestras cabezas, parecen desconcertadas ante la torpeza y tenacidad de unos extraños bípedos.

Oimos voces y finalmente los dos corredores escoba nos dan alcance. Al poco tiempo de ir en grupo con ellos, una pareja y otro chico nuestro Manta se tropieza por enésima vez con tan mala suerte que tiene que parar. El diagnóstico no es halagüeño: esguince de tobillo. Los escobas le retiran de la carrera y envían a otra gente (no se si guardia o procección civil, voluntarios o yo-qué-sé) para llevarlo a meta. Nos despedimos de el con tristeza y seguimos nuestro camino. Luego nos contó que estuvieron barajando la posibilidad de recogerlo en helicóptero y que se había hecho más de 17km y que podía haber terminado la carrera, que eran sólo 19.6km ... pues ahí llevas razón, querido César. Pero lo más sensato fue que cogieras el "atajo" acompañado de gente experta.

Habíamos pasado ya los riscos más altos y dificultosos de la prueba, con tramos de auténtica trepada chunga. Grado 2, como diría Yoku. Lo único que no son unos pocos metros como en el Almanzor, sino una purrela de ellos. La mente ha de luchar contra el cansancio del cuerpo y mantenerse ágil ya que un error aquí puede ser chungo, para tí y para los que vienen detrás.

Comenzamos el descenso por auténticas torrenteras, saltando y reptando entre huecos que dejan las inmensidades rocosas entre ellas. La bajada no es que sea técnica, es que es imposible. Saltos, apoyos con las manos y el culo para no caer, raspones, asideros imposibles... Sólo puedes ver el paso siguiente, bajando de uno en uno las distintas pruebas a las que te somenten. Ahora un salto de cais un metro para caer en una piedra redonda. Apoyado en las manos alcanzas con una pierna una roca puntiaguda en la que te apoyas para saltar a un arenal de roca suelta. Te frenas con otra roca y te arrastras hasta el siguiente salto, y vuelta a empezar. Es agotador física y sobre todo mentalmente. Los tropezones abundan y en uno de ellos yo me hago un rasponcito en la mano. Nada que ver con la esguince de Manta o los golpes de Darth: uno en la espalda en una de las "cuevas" y una caída en la que se dejó un pedacito de rodilla, Menos mal que fue un rozón lateral, si llega a ser un golpe frontal podría haber sido muy malo. De todos modos le impidió estar fresco hasta el final, y no pudo volver a trotar sin mucho dolor a partir de entonces.

Fijaos la paradoja. Estábamos cansadísimos, magullados y golpeados, con los músculos y articulaciones pidiendo a gritos un descanso. Pero al llegar a los escasos collados que nos encontrábamos nos poníamos a trotar; y era una bendición para el cuerpo. Nunca me hubiera imaginado que un suave trote meciera un cuerpo agotado, devolviéndole por unos instantes cierta frescura a pesar del cansancio.

Pasamos el último avituallamiento sólido en la Pradera del Yelmo, donde pastaban unos preciosos caballos. Yo pensaba, en mi ingenuidad, que había llegado la hora de los senderos, de 5km de suave trote bajando a Canto Cochino. Pues nada de eso. Seguíamos bajando por torrenteras igualmente peligrosas. Además, según perdíamos altura, nos empezamos a encontrar a otra enemiga: la arena. Piedra pequeña, arena suela, grava y regueros hechos por el agua que dificultaban más la bajada. Sería así hasta el final. Allí intentamos trotar algo pero Darth no puede. Seguimos andando y llegamos al fin al parking, donde empezamos a trotar para entrar dignamente en meta. Nos reciben unos aplausos que consiguen emocionarme, me llegan a lo más hondo. Oímos a lo lejos a Manta, que estaba ya tan pancho contando las peripecias de su descenso. Hoy está ya mejor y apenas cojeaba. Agradecemos al personal el enorme esfuerzo de organizar esta prueba y nos vamos al coche a tomar una cervecita que Darth guardaba en una neverita. Y para casa, que se ha hecho inusualmente tarde.

De camino paro en el Centro de Interpretación de la Pedriza y me proveo de todos los planos y mapas posibles de rutas por la Pedriza. Con las mismas llamo a Gebre para ver qué tal está. Amigo, sabes que has hecho lo correcto quedándote. Se te echó de menos.

Tengo la sensación de que me quedan muchas cosas por decir a pesar de la increible charla que os he pegado. Algo tienen estas cumbres que te hechizan, dejas algo de tu alma en ellas y quedas inoculado por un extraño virus que te impulsa a regresar cuanto antes, a desear sentirte pequeño ante su enormidad, a volver a sufrir lo indecible por permanecer unos instantes en ese lugar privilegiado donde sólo el viento, la luz del sol y la piedra bajo tus pies te acompañan. Una impronta, una estirpe, casi una raza la de los amantes de la montaña. Y yo, desde el escalón más bajo de todos ellos, me siento privilegiado.

Todo un lujo haber podido compartir tanto con vosotros, César y Carlos. Y al otro Carlos, el pitufo dormilón, que nos acompañó en espíritu. De alguna manera has estado con nosotros. Gracias a la Organización de la R.S.E.A. Peñalara por el ingente trabajo realizado.

De izquierda a derecha: Zerolito, Darth Vader y Manta. Vaya tres patas para un banco.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tenéis alucinado. La Pedriza es lugar para ir con mucho tiento, despacito y mirando bien dónde se da el siguiente paso. Yo no me imagino corriendo hacia arriba fuera de algún sendero, ni hacia abajo en casi ningún sitio. Me gustaría ver cómo pasan hacia el Collado de la Ventana, o por las Torres, los de cabeza de carrera. De verdad que no me hago a la idea de que vayan corriendo, ni trotando.

Sois unos fieras, de verdad.

Se os saluda con admiración y respeto, hobbits :-O

Paloma dijo...

Alucinaaaaada estoy,
Eso es amor a la montaña y al deporte.
De todo corazón, te deseo mucha suerte.
Besos

Anónimo dijo...

Están locos estos paquetes!!!!

Pero es que lo cuentas tan bien que dan ganas de despeñarse.

Fuera coña, yo también quise apuntarme pero ya no quedaban plazas así que sin pensarmelo me inscribí en la Media Solidaria, espero verte por allí, creo que ya hay una gran representación paquetil.

Un abrazo

Srv.

Lander dijo...

Felicidades chicos. Da gusto leerte Jesus, se nota que disfrutas por ahí arriba a pesar del esfuerzo que supone.

Y no habeis pensado hacer una escursioncita como Dios manda?... con el mantel, los filetes empanaos, los pimientos.. neveritas con cervezas y esas cosas .. venga va, volver por favor, que estais a punto de perderos.

Un abrazo fuerte fuerte..

Que sería de esta vida sin un punto de locura.

mayayo dijo...

¡¡bravo bravo!!
Claro, ahora entiendo que no nos vieramos en el cross del yelmo.
Como ibais sobraos, os estabais reservando para algo un poco mas duro, y aprovechar así el Campeonato de Madrid de corremontes para hacer una entrada a lo grande :-DD

Ah, que no era exactamente asi?
Bueeeno, lo importante es que lograsteis cumplir vuestra ilusión, y disfrutasteis como cabritos, asi que seguro que nos vemos pronto por otra de estas, arriba y abajo.

Zerolito dijo...

Yoku, te aseguro que yo también quería ver a Mina, Agejas y Cía en acción. Sólo que nos quedamos pelín rezagados y no pudimos verlo jajaja. Otro año me pongo de voluntario para verlos correr ;-) Tenías que haber venido, jodío.

Gracias, Paloma, por tus palabras, pero es que tu me miras con muy buenos ojos. Eres un solete.

Srv, sería un placer volver a compartir zapa con vos. Intentaré ir, aunque no lo tengo seguro.

Lander :-D yo sou un profesional del domingueo. Una vez partí la nevera de lo cargada que la llevaba, una cosa no quita la otra. Pues eso, cuando venga el buen tiempo nos ponemos a ello.

Mayayo, mil gracias por tu apoyo y tus ánimos. Desde luego disfrutamos como cabritillos, aunque nos faltó la agilidad de estos pequeños magos del equilibrio. A ver si nos podemos ver pronto y puedo agradeceros en persona a ti y a Wild vuestro supporting en forma de una espumosa cerveza.

Mildolores dijo...

Tremenda crónica. Una cosa tengo clara: Leyendo esto, tengo algo más claro que ni he hecho cross de montaña ni pienso hacerlo. Dáme asfalto, kilómetros, en bici o a pie, más kilómetros para nadar, en mar, piscina, lago o incluso en la charca de la Casa de Campo, pero esto no, me duelen las articulaciones de leerte.

Enhorabuena. Pero de las de verdad. De las que se escriben con mayúsculas.
A los tres.

Carlos dijo...

¡Dios qué mal me siento!

Por favor Zerolito, prométeme que me llevarás por ese recorrido en alguna Zerolada. NECESITO rasparme las manos, encogerme para pasar entre esas rocas, ver esos manantiales surgir de entre los riscos, sentir esas piernas a punto de estallar...

Anónimo dijo...

Zero, la parte entre el collado de la Ventana y el de la Dehesilla es territorio Comanche para mí. ¿Cómo es? Me pareció leer en alguna parte que es muy duro, técnico y que es fácil perderse.

Zerolito dijo...

Mildo gracias por tus palabras. Lo tuyo es encomiable, yo sólo me di un garbeo por la montaña con unos colegas y un dorsal ;-)

Carlos, tendremos que convencer a Zanoni, El Mudo, Mina o alguno de ellos para repetirlo. Sin marcas yo no saldría de Canto Cochino... ¡y allí no había churros! :D El año que viene repetimos pero te tomas un somnífero a las 5PM ;D

yoku... juer, pues has dado en el clavo. Consultando el mapa, el track en el Google y mi escasa memoria, esa zona la pasamos subiendo y bajando roca. Era realmente bonita, lo que ocurre es que yo iba el primero y al esforzarme en buscar las marcas perdía parte de la perspectiva. Ciertamente era fácil perderse, hay momentos en que no sabes por donde ir. Lo explican muy bien en la Ficha Técnica de la página del Cross, se ve que hicimos un requiebro para pillar más roca...jajaja.

Recuerdo que por esa zona fue cuando Darth dijo que pasaba ya de mirar paisajes :-D y poco después, creo que ya en el collado de la Dehesilla, fue cuando nos cogieron los escobas y Manta se esguinzó.

AngelZ dijo...

Zerolito, ya le dije a Manta que sois unos arriesgados, que no las tenía yo todas conmigo de que pudiése terminar y mira, si no es por el accidente, acaba con vosotros. En cuanto a lo de correr entre las Torres y la Ventana, te juro que se puede, fue donde más disfruté y lo hice corriendo/saltando de roca en roca: como los indios me lo pasé. Lo que no vi fue cabras, ni caballos ni nada de nada, sólo gente y piedras, muchas piedras. De ahí hasta el Yelmo, la cosa me resultó más complicada, pero igualmente maravillosa. Respecto al trote en las praderitas e incluso en las subidas cuando la cosa se suaviza un poco, trotar unos metros sirve para descongestionar las piernas: es un alivio.
Enhorabuena por tu crónica y sobre todo por tu hazaña.
AngelZ

Zerolito dijo...

Muchas gracias, Ángel. Sí que es verdad que nos hemos lanzao "a las bravas" pero a mi me ha merecido la pena. Ha sido realmente bonito. Duro de pelotas, pero precioso.

Lo de César fue una pena, iba bien a pesar de las magulladuras. Pero al final nos recordó que se hizo 17km en lugar de los 19.6, y encima esguinzao. Es una bestia parda el colega.

Me hubiera encantado verte correr por allí. Eso tendremos que aprender de los buenos. La prudencia nos aconsejó trotar suave y andar en su mayoría.

Los caballos fueron cerca del Yelmo, pero las cabras aparecieron por allí. Vi dos o tres, y en seguida desaparecieron detrás de un meño enorme. ¿O fue un espejismo? :-D

Recuerdo los ánimos que me diste cuando comenté que iba a preparar el MAM 09, a ver si en alguna ocasión podemos charlar sobre estas cosillas. Gracias por tus palabras.