martes, junio 23, 2009

MAM 09 - ¿Sin palabras?

por: Zerolito

Precisamente sin palabras no es marca de la casa, ya que uno se enrolla más que una persiana barata. Máxime cuando trata de explicar tantas emociones enmarañadas, tanto sufrimiento y goze entretejido. Bueno, pues ahí va... como el caballo de copas.
(Me encanta esta introducción, que plagio del inmisericorde de Jorge que la cogió prestada de Gustavo...)

La carrera comenzó para mí el sábado, tras los preparorios jaleosos de la mañana posterior a la fiesta del cole, la mini-siesta y recoger las cosas para irme a Cercedilla a la Charla Técnica. Allí me encuento a los UltraOxígeno y empiezo a empaparme del ambiente. Me veo como fuera de lugar entre tanto cuerpo fibroso, cara azotada por sol y viento, piernas modeladas a base de fuerza y (probablemente) gym. Tras ella compartimos charla y ánimos y cada mochuelo a su olivo. El mío estaba en Collado Mediano, en casa de mi hermana. El de Carlos en su Ávila, pero el de Aspen...

Me llama el colega y me dice que está en Zamora, que viene desde Finisterre y que si hay habitación en el hostal donde estoy. ¡Hombre, que son las 9 y pico de la tarde! Me recorro Cercedilla para encontrar un hostal donde reposar sus huesos tras esa romántica escapadita y me voy a mi casa adoptiva. Llego algo tarde a casa, ceno y...

... no logro dormir. Calor y ruidos. Fiesta enfrente. No hay demasiados nervios pero estan ahí. Desde mi ventana veo Manzanares y la Maliciosa. Si me salgo a la terraza veo Guarramillas. Un saludo, te veré mañana. Realidad y ensoñación se mezclan en un extraño duerme-vela que dura toda la noche. Sueños surrealistas de una habitación que se burla de mí, sábanas que no me arropan, ventanas que desaparecen mientras me despierto o me duermo una y otra vez... hasta que dije ¡Basta! y me levanté a las 5:38AM.

Desayuno tranquilamente pero no me cabe nada... ¡que extraño! en fin, mejor no forzar. Cargo las cosas y me dirijo a Cercedilla. En Navacerrada vuelvo sobre mis pasos porque me he dejado la vaselina y me hará falta. Por fin llego y aparco cerca de la salida. Me reuno con mis colegas paquetillos y oxigenados. Repasamos nuestro estado de ánimo. Carlos y yo, los más nerviosos, seguido quizá por Andreas. Aún me cuesta asimilar que no iremos juntos ya que no sabe si parará en Cotos. Si hubiera tenido la certeza de que iba a continuar me hubiera ido con él. Pero quizá sea mejor así, que cada uno haga su carrera. Pero yo, a pesar de todo, no tengo claro qué ocurrirá. Fotos de rigor, risas, bromas y con bastante retraso (unos 20') se da la salida. El sol en tono amenazador nos saluda e ilumina el cielo con fuerza. Pero no hay vuelta atrás. Cumbres del Guadarrama... ¡¡¡allá vamos!!!


Los mejores cuartos traseros guarrameños

Cercedilla - Navacerrada

Voy con Aspen que parece que decide ir despacio, quizá para no cebarse al principio tras el palizón de los días previos. Subimos hacia el Puerto de Navacerrada por una preciosa aunque dura senda que nos adentra en un bosque precioso. Cruzamos dos arroyos encajonados en el lecho del valle. Eso sí, lo hicimos innumerables veces. Lo abrupto del terreno hacen que ese camino sea de una belleza brutal, con rincones especialmente bonitos. Lo se porque mirando uno de ellos, apenas 2km después de la salida, me caí por no mirar al suelo. Golpe y raspón en la mano izquierda que hoy todavía duele. Un aviso.

El frescor de la mañana en las umbrías. El transcurrir de los arroyos. Los sonidos del despertar en la montaña. Todo es mágico. La única pega es que en apenas 8km tenemos que superar un desnivel de casi 700m de altitud, con un avituallamiento líquido en el trayecto. Teniendo en cuenta que hay tramos llanos y alguna cuesta abajo... os hacéis una idea de cómo se va por aquí. No es fácil, no. Un dolor de lumbares que iría in crescendo en las siguientes rampas me avisa de la dureza de este terreno para correr y disfrutar, según la organización.

Coronamos Navacerrada tras la increíblemente dura rampa de acceso al puerto y primer toque. Llevamos un gran tiempo, 1h13'. Menos de dos minutos de avituallamiento y encaramos la subida al Alto de Guarramillas.

Navacerrada - Guarramillas - Cotos

Esta dura subida la encaramos con ánimo. La repulsa del panorama que nos dejan los telesillas y posteriormente las pistas de esquí quedan eclipsados rápidamente por las vistas que se abren a ambos lados. Cercedilla, Navacerrada, El Escorial, los pantanos (curiosamente no recordábamos el nombre del de Valmayor), los pinares de la umbría de Siete Picos, la llanura segoviana... Peñalara. Peñalara siempre (Yoku dixit). Nos acercamos a la primera guarramilla. Veo la estatua de Nuestra Señora de las Nieves, cuya silueta con los esquíes se me antoja...


Nuestra Señora de las Nieves. Barad-dûr, la Torre de Mordor. Tu verás...

En fin, serán los oscuros recovecos de mi mente. Juzguen ustedes mismos. Coronamos en poco más de 30', lo que nos da un tiempo fenomenal que me hace pensar que me estoy pasando. Pequeño refrigerio y enfilamos la bajada por la Loma del Noruego hasta Cotos. Son poco menos de 5km de descenso truncado sólo por tres rampas. Estamos en mi terreno y me dejo caer. Aspen se queda atrás porque la gravedad actúa menos sobre él, pero a mí mis kilos me llevan para abajo. No hago otra cosa que adelantar gente a pesar de que no quiero bajar demasiado a lo loco. Un percance puede ser fatal, eso lo sabe bien Wild Runner: en este mismo lugar se truncaron sus posibilidades del MAM del año pasado. Llego a Cotos 28' desde Bola, con un parcial de 2:17:10 desde la salida. Este punto tiene un cierre de control de 3h10', con lo que llevo un adelanto de unos 50'. Atónito y con cierto vértigo saludo a Darth Vader, que se ha marcado el detallazo de venir a vernos y animarnos en este punto. ¡Qué ilusión verte! Casi 5 minutos de descanso y charleta para preguntar por los demás corredores y seguir nuestro camino hacia la cumbre más alta de Madrid.

Cotos - Peña Citores - Peñalara - Dos Hermanas - Cotos

Encaramos el recorrido circular Cotos -> Cotos subiendo por la izquierda hacia Peña Citores. Un denso pinar nos protege del sol mientras comenzamos el ascenso. Éste se hace duro y penoso, apenas se puede trotar en algún tramo suelto. Y es que nos esperan 575m de desnivel hasta la cima de Peñalara en algo más de 4km. Aspen me alcanza y sobrepasa, él sube muy bien pero lo pasa mal en las bajadas por culpa de su tobillo, aún esguinzado. Es increíble verle subir, ligero y fuerte a la vez. Un elfo, sin duda. Moreno (raro para la especie), pero elfo. Abandonamos el bosque y nos adentramos en un piornal. Cansados llegamos a Peña Citores tras recorrer aproximadamente la mitad de la distancia y salvando la mitad del desnivel. Avituallamiento donde bebemos agua, me tomo el primer gel de Isostar y encaramos la segunda mitad de la ascensión: la subida a Peñalara, otros 300m de desnivel.

El sol del día nos anima la vista ofreciéndonos un cielo azul intenso. El calor, aunque se nota, aún no es sofocante. Además la altitud y una ligera brisa del norte rebajan la sensación térmica, lo que viene muy bien. Subimos y a
quí empiezo a conocer a unos 50 corredores -no exagero- que adelantaré, me adelantarán y compartiremos carrera los próximos kilómetros. Una auténtica hilera. Voy subiendo a buen ritmo, alcanzando a unos cuantos grupos. Vamos entre bromas eliminando tensiones sobre lo que estamos haciendo y, sobre todo, lo que se nos viene encima.

Llegando a la cuerda que une Peñalara y Dos Hermanas compartimos sendero con los que ya han hollado la cumbre y bajan hacia Cotos de nuevo. Las vistas hacia la llanura segoviana son tremendas, pero las que nos esperan en la cima sobrecogen. Me cruzo con Andreas y con Aspen. Me sorprende ver "tan cerca" a Andreas, aunque... aún no he llegado a la cima. Según me acerco me nombran el dorsal. "A ver... el 202" grita un voluntario. Les digo en tono de guasa"por favor, apuntad bien el número, que conste que he subido...". Sonríen cómplices. "No te preocupes, Jesús, estás apuntado. Llega a la cima y para abajo". Se que tienen mi nombre en la lista, pero es un detallazo que te llamen por tu nombre a 2430m de altitud. Sonrío pero no me voy para abajo. Voy bien de tiempo, he hecho la ascensión en 59' y me merezco un regalo. Las vistas que hay desde el punto geodésico son impresionantes. La belleza del Valle de Lozoya que se abre a mis pies me emociona. Hasta que mis ojos se paran congelados en la mole de Cabezas de Hierro. Majestuosa, se yergue sobre el valle desafiante. La luz del Sol, ya avanzado el día, muestra nítidamente los perfiles por donde acometeremos la subida más dura del maratón. Trago saliva y echo un ojo a la llanura segoviana, la Granja, Segovia... miro hacia el oeste para ver siete Picos, Montón de Trigo, el cordal de la Mujer Muerta y adivinar el Espinar, la tierra de mi madre.

"Adiós, Jesús", me despiden. Y no puedo evitar preguntar, porque soy muy despistado pero no descortés - "¿Te conozco?". "No, pero tengo la lista..." sonríe el voluntario. Yo hago lo mismo y con un guiño me despidode él para volver sobre mis pasos, animando a los corredores en mi descenso. Ellos aún suben y esto es duro, una palabra de ánimo siempre viene bien.

Vuelvo a ser un menhir bajando por la loma de Dos Hermanas. Dan ganas de parar y contemplar el Circo de Peñalara, pero hoy no podrá ser. Adelanto a muchos corredores, entre ellos a Aspen y ¡sorpresa! a Andreas. Va a ser verdad que bajo bien en montaña. Dejamos las pedregosas zetas y nos adentramos en un sendero que conocía después de la última salida con Sergio y Compañía (del MAMillo, claro) y llego al puerto de Cotos ante la atónita mirada de Darth Vader, que me fotografía y me anima a partes iguales. Empleo en la bajada media hora. Fenomenal. Me dice que Carlos va bien, tranquilo y sereno, confiado en que va a hacerlo. ¡Genial! ese pensamiento positivo me anima. Al que no ha visto en ningún caso es a Guille, y eso no me gusta nada...

No veo a Coral, y es que había quedado aquí con ella "entre las doce y la una, más cerca de la una". Vendría con Santi, su mujer e hijo. Pero es que he llegado en 3h53' a Cotos por segunda vez. El cierre de control, con el que tenía mis cálculos, era de 5h35'. El vértigo vuelve a mi cerebro. "Me estoy pasando y luego lo pagaré con creces..." me digo. Llamo a Coral por teléfono y me dice que en tres minutos llega. Pues bien, espero. Llegan Aspen y Andreas mientras abrazo a Cor, como , bebo, descanso, me quito las piedras de las zapas, después llegará Santi con su familia, más saludos y risas y fotos... vamos, que a lo tonto estuve en ese punto parado 15'. Exactamente 15'39".

Cotos - Cabeza de Hierro Menor

Me despido de tanta buena gente con pesar. Llevo cuatro horas de carrera de montaña y recorridos 23.6km. Ya estaría más que de sobra para una buena mañana, pero aún quedan otros 20 durísimos. Cambio la riñonera Kalenji (de agridulce sensación) por la mochila Diosaz, porque empieza a caer una buena. Enfilamos camino de Valdesquí hacia el Pingarrón, donde cogeremos el PR27 hasta Cabezas de Hierro.

Me cuesta horrores arrancar tras el parón de cuarto de hora. boqueo y voy asfixiado. Me dice Aspen "oye, si eso vamos andando antes de que revientes". Y eso hacemos hasta que recupero el resuello. Bajamos ya trotando

El sendero nos adentra en otro precioso bosque de intrincado recorrido. Estrecho y rodeado de árboles de cuento que nos saludan y cobijan. Cruzamos varios arroyos. Nos cruzamos con una especie invasora: el padre tontolculo. Me explico: empezamos a avanzar por el abrupto sendero y nos vamos encontrando a chicos, de entre 8 y 12 años, arrastrando penosamente sus bicicletas. El camino es absolutamente intransitable. Ramas, piedras, desniveles, saltos... la senda es tan estrecha que es más fácil salirse que permanecer en ella. Los arroyos no lo ponen fácil. Pues allí estaban ellos, los pobres críos, tratando de empujar sus bicis que acababan en el suelo, en el lecho del arroyo. Más adelante, despreocupado, estaba el supuesto progenitor, esperando tan pancho. Probablemente molesto porque "estos no llegan". dimos ánimos y señales de advertencia a los críos y una regañina al hombre: "Este no es sitio para venir en bici con críos, oiga". No nos contestó, vete tú a saber por qué.

Estamos en la falda del montañón que se nos viene encima. Hay un punto de avituallamiento extra aquí, en el mismo punto donde creímos perder el camino en nuestra anterior salida. Esta vez han tenido que cargar los voluntarios con el agua, con lo que os imagináis cómo nos sabe: a gloria. Siempre tengo palabras de agradecimiento a los voluntarios, pero en estas carreras es casi devoción lo que siento al verlos. Nunca me cansaré de agradecer vuestra labor. Me tomo un gel de glucosa por si acaso.

Pues bien, ya estamos en los tubos. Al principio seguimos el cauce de un pequeño regato, dura subida pero más suave y agradable que directamente por el pedregal. La carrera se tensa, la hilera de corredores, convertida ahora en fatigosos trepadores. Mi pensamiento aquí era subir suavemente, guardando fuerzas. Pero ante la mole que se nos viene encima psicológicamente no me cabe otra opción que la huída hacia adelante. Estoy realmente cansado, tras más de 4 horas corriendo por la montaña. Las tentaciones de parar son demasiadas y queda mucho. Entonces decido unirme a una chica del Tierra Trágame que conocí en la subida a Peñalara. Allí pedía barritas o algo de comer porque tuvo una pájara de la que se recuperó cuando otro compañero que estaba más cerca le dio una. Bien, le pregunté qué tal estaba y le ofrecí otra barrita. Me dio las gracias sin aceptar la comida y subimos junto a otro corredor, en fila, como hacía cuando subía con los macutos por la sierra.

Duele cada paso. Las lumbares gritan. Pero esta vez las piernas no están flojas como cuando los recorrí por vez primera. Lo que está débil es la respiración, la sensación de agotamiento. El sol, encaramado en lo alto de su azul trono, nos azota. La única visión posible es la de una rampa de piedra suelta. Cada paso es más corto que el anterior. Empezamos a avanzar en zetas. Mi juguetón y cruel subconciente me descubre avanzando como cuando éramos niños: "oro... plata... oro... plata...". Así de ridículos son nuestros pasos. El otro tipo de avance es más radical. Pones el pie medio metro más arriba del otro, coges aire y haces fuerza, tratando de elevar esos más de 80kg a una nueva ubicación, para hacer ese gesto otra vez, y otra, y otra...

Estoy agotado como pocas veces en mi vida, pero decido no abandonar esta estupenda compañía. Para amenizar voy soltando chascarrillos a costa del "repechín". Empiezo a soñar con cerveza fría y tortilla con mahonesa. A mi compañera le hago reir, me suelta entre carcajadas "tú si que sabes". Logramos escaparnos a la tensión por momentos. Yo no me quito de la cabeza la imagen de la cerveza, que me anima tanto como la visión de la meta.

Llegamos a los pies de Cabeza Menor, donde hay avituallamiento líquido. Miro el reloj y comprendo que tan inmenso esfuerzo ha valido la pena. Han pasado 1h11' desde Cotos, con lo que rebajo 1/2 hora otra vez respecto a lo valorado. Descanso de 2' y enfilamos la subida. Ahora no se anda, se trepa entre una montaña de gigantes bloques graníticos. Sus afiladas aristas son ahora nuestro agarre para pies y manos. Tenía mucho miedo a este final pero de nuevo las piernas responden. Voy el primero y tristemente me voy alejando de mis compañeros de viaje. Por fin llegamos a la cima tras 16'30" de ascensión y trepadas. Han transcurrido 5h38' desde la salida y me veo por primera vez como superviviente. Empiezo a echar cuentas pero la hipoxia hace mella en mi cabeza. Me planteo que si me esfuerzo un poco podría hacer el MAM en menos de 8h. Un escalofrío me recorre la espalda de pensarlo. Pues ale, vamos.

Cabeza de Hierro Menor - Alto de las Guarramillas - Puerto de Navacerrada

Ahora el camino lo marca las inconfundibles señales rojas y blancas del GR a través de la Cuerda larga. El luminoso día nos brinda la perspectiva del Cerro de Valdemartín y de Bola, ahí, esperándonos. Por supuesto inevitable vista hacia la derecha para señalar a Peñalara y a la izquierda a la Pedriza. El descenso es penoso al principio, y por fin el sendero se va haciendo más ¿transitable?. Comienzo a correr y alcanzo a Aspen, que tiene que andar en las bajadas por culpa de su maltrecho tobillo. Ánimo, campeón. Poco después una corredora avanza cojeando. No puede doblar la rodilla. La pregunto y la ofrezco ayuda, dice que está bien pero que su rodilla ha reventado, que puede caminar y que en Bola le espera un coche para atenderla. La deseo suerte y ánimos y continuo.

Adelanto a otros pocos corredores y poco después llego a la altura de Andreas. Está cansado y con los pies doloridos, pero su determinación es brutal y va a por el MAM con decisión. Así se hace, sí señor. Empezamos la ascensión a Valdemartín donde él, que sube mejor que yo, me sobrepasa. Sigue la bajada y le alcanzo otra vez, tal y como predijo Mayayo y que yo no creía ni por asomo posible. Y llegamos al Alto de Guarramillas, donde nos refrescamos tras 42' de recorrido. Sigo recortando tiempo, con lo que soy generoso con los descansos. Ahora toca otra bajada muy técnica y peligrosa hasta el puerto de Navacerrada. Tomo el último gel y tiro millas.

Era la cuarta vez que bajaba esta infernal rampa de piedra suelta, piornos y raíces, así que aunque voy rápido bajo con cautela. Aún así mi trasero topa dos veces con el suelo. Menos mal que no he caído hacia adelante. Tras las felicitaciones de multitud de senderistas, que fue constante en la carrera, llego al puerto de Navacerrada en 17' desde Bola. Inmedatamente después, Andreas. Bien. Comienza la bajada y me dice que ya le cogeré.

Puerto de Navacerrada - Cercedilla

Queda la parte más fácil del recorrido. Ocho kilómetros teóricamente cuesta abajo. Pero cuando llevas 36km de alta montaña, de los que 28 han transcurrido por encima de los 2000m de altitud, cualquier camino se hace difícil. Las piernas y la cabeza no responden como antes. Pero estamos en mi terreno y me motiva el reto de ser sub-8h. Si hubiera tenido la cabeza más clara sabría que me sobraba mucho tiempo.

En el descenso adelanto a Andreas y a varios corredores, aunque me cuesta bastante tiempo cogerlos. No voy tan mal, después de todo, aunque te crees volar y avanzas a una velocidad entre los 5:40 y 7 minutos por kilómetro. Eso sí, cuesta abajo la cantidad de energía que gastas para controlar tus pesadas formas es ingente. Llegamos al último punto de avituallamiento. Hace tiempo, quizá desde Bola del Mundo, que tengo problemas en el estómago; pero hago esfuerzos por beber. Quizá me equivoqué en este punto y deba plantearme mejor mis avituallamientos para la próxima vez. Llamo por teléfono a Coral y la aviso que me quedan 4km, casi media hora, para que estén en meta. No hay duda, seré superviviente si no me esmoño en el tramo final. Me avisa que Santi viene a mi encuentro. Genial.

Vuelvo a adelantar a Andreas y su grupete pero no logro despegarme de ellos como las otras veces. Las piernas no resisten como antes, pero lo peor es el estómago. Tengo arcadas y un malestar propio del esfuerzo realizado y quizá de no haber regulado bien los avituallamientos. Decido no empecinarme en apretar ya que la bajada es muy peligrosa, llena de recortes, raíces y escalones. Finalmente me adelantan y quizá por ello me vengo un poco abajo. Entre la tremenda paliza que llevo, las nauseas y el sofocante calor del que apenas nos protege el frondoso bosque noto que apenas me quedan fuerzas para seguir. Santi no llega...

Los llanos que hay en el recorrido se me antojan duras rampas. Me cuesta continuar, me sobrepasan corredores, pero trato de pensar en la meta, en el sueño conseguido. Seré superviviente y sub-8h, aunque no sabía por cuanto tiempo. Sigo corriendo y finalmente veo a Santi, que me fotografía y me regala sinceros elogios y ánimos que agradezco en lo más hondo. Adelantamos a dos corredores, uno va ayudando al otro que va muy justo de fuerzas. Queda poco ya, salimos del bosque y de repente...

La visión de la meta cercanda me espolea. En un sentimiento egoista, aunque sin maldad, acelero el ritmo. Quiero llegar solo a la meta, quiero ese momento para mí en exclusiva. Apreto los dientes y me lanzo en un par de cuestas abajo para ganar metros. Mis compañeros de camino me siguen pero yo no miro atrás, sigo avanzando y tras un recodo visualizo la meta. Emoción, trago saliva. Allí está Coral, los UltraOxígeno, Santi... jalean mi nombre y sigo apretando, abriendo los brazos en plan Usaín Bolt (no estaba preparado) y radiante de felicidad cruzo la meta. Apago el Garmin de Jordan, que hacía tiempo me avisaba que no tenía apenas baterías y me abrazo con Coral, que me mira con cariño y admiración. También con los UO2, increíbles compañeros de viaje que ya están duchaditos y todo. Soy superviviente del Maratón más duro del mundo (posiblemente), he hecho un tiempazo y estoy contentísimo. Recibo su calurosos ánimos y felicitaciones como la lluvia en el desierto. Tras tanto esfuerzo esta recompensa es increíble, sólo puedo agradecer tanto cariño con una sonrisa.

Llega Aspen y le felicito con un abrazo. Lo suyo es increíble, ¡qué fuerza de voluntad! Acabar así, lesionado, es algo que muy pocos podrían siquiera imaginar. Me informan del tiempo que he hecho, 7h33'36" y me entra un queseyó indescriptible. Aunque la alegría es por terminar, este crono es la guinda perfecta. Me voy a duchar y ya cambiado me pongo en la meta, nervioso por ver si llegaba Carlos. Finalmente entra en meta en 8h46' y le doy un abrazo nada más llegar. ¡Qué alegrón! Los paquetes hacemos triplete. Aunque la felicidad no es completa porque veo a Guille ya duchado. Creía que había acabado muy pronto y la realidad es que ha tenido que abandonar porque su cabeza estaba en otros problemas extra-deportivos. Esta es una señal de la tremenda dureza psicológica de la carrera. Si no tienes fuerzas y no estás perfectamente centrado en lo que hay que hacer es imposible terminarla. Mucho ánimo, Guille.

Cervecitas y abrazos por doquier y cada uno a su casa, con el diploma pelín cutre para la grandeza de la prueba. Este aspecto quizá debería mejorarlo la impecable organización de esta increíble carrera. Tierra Trágame puede estar orgullosa del trabajo realizado, y sus voluntarios deberían tener una estatua junto a la de Barad-dûr... ejem, la de la Virgen con esquíes.

Así termina esta historia, que comenzó hace tiempo como un sueño lejano. Sueño que creía poder alcanzar pero que ha sido enormemente difícil lograrlo. Ha costado mucho pero al final lo he conseguido. Como decía una canción de mi primer grupo, los incunables Virus:

Llegasteis desde muy lejos
la cumbre cuesta sudor...
Estas frases me venían una y otra vez a la mente mientras subía y subía.

Poco más. Mil gracias de corazón por todo el apoyo recibido en forma de mensajes, correos, llamadas, lecturas y comentarios en el blog y en el foro. Tanto cariño ha sido determinante para afrontar la prueba, en serio. Todo el afecto que me habéis mostrado me ha dado alas para sacar pecho en los momentos duros, que han sido muchos. Y para no sentirme solo en la inmensidad de las montañas, donde la sensación de abandono a tu suerte es tan extrema que da miedo. No personalizo para no equivocarme, pero sabrás al leer estas letras que van por tí.

Ahora, a descansar. Estaré desconectado durante una semana. Espero que para entonces os haya dado tiempo a leer este gigantesco testamento y, si os quedan fuerzas, dejar unas palabras. La semana que viene pondré las fotos y los datos técnicos de la carrera más dura y bonita jamás corrida por un servidor. Gracias por todo, a todos.

¡¡¡¡Soy superviviente!!!!

15 comentarios:

Zerolito dijo...

No se por qué salen párrafos en letra pequeña, lo siento mucho... pero ahora no puedo arreglarlo ;-)

Carlos dijo...

¡Ah, yo pensé que lo de las letras pequeñas era porque mis ojos se anegaban en lágrimas!.

Definitivamente se nos ha ido la pinza Jesús. ¿Quieres creer que estoy pensando en el MAM 2010?, porque, ¿quien le dice que no?.

Un abrazo y disfruta de esta semana, que bien ganada la tienes amigo. ;-)

Jorge Gómez dijo...

Que INCREIBLE (y no te estoy llamando mentiroso). Se agotan todas las palabras. ¡Si casi me sentía allí, en las cumbres, contigo! Claro, que sin dolor de pies, ni de espalda... ni todas las otras maravillosas vivencias, disfrutes y sufrimientos que han hecho de ti un SUPERVIVIENTE.

Lo que hace tres días era un sueño, hoy es un recuerdo. Y qué recuerdo. Disfrútalo. Otros seguiremos soñando...

Un abrazo.

Lander dijo...

Cuanto me alegro del exito conseguido Jesus, se veía en tu cara esa ilusión que junto con tu fuerza y coraje te han llevado hasta la meta. Me he emocionado un montón con la crónica, parecía que estabamos ahí todos con vos..

Felicidades de corazón, me alegro muchisimo de tu exito y de conocerte.

Un fuerte abrazo.

Arcadio dijo...

Como te pones por unas arcadas de nada, jejejejeje . Enhorabuena campeón, leyéndote dan ganas de hacerlo el año que viene. Entonces verán los organizadores lo que son arcadas

Anónimo dijo...

No dejes nunca de cumplir tus sueños.

Felicidades DQTC

Akapov dijo...

Jolin campeon, vaya cronica y yo que creia que los libros de Stieg Larsson eran largos;)
Enhorabuena por el super carrera...
Ha sido un placer compartir esos ultimos tramos de carrera contigo en momentos de dureza

Disfrutalo tio porque lo has merecido

/A

Txamo dijo...

Pues tanta épica que le dais y yo estoy convencido de que lo has acabado tan rápido básicamente para que no se te quedara sin pilas el fore...

¡¡¡ENHORABUENA!!!

mayayo dijo...

Bravo Jesús. Gran carrera, y gran crónica. He disfrutado recorriendo otra vez esos canchales de tu manita.

Y viendo la letra pequeña (nunca mejor dicho, jaja) parece claro que si hay hueco para progresar en MAM10 no? Solo en paradas de refresco sumas un ratín, por no hablar de las sensaciones :-)

Ya puestos, si hay querencia al monte, no se reprima usted: Mire primero al natural más cercano. Allí esperan -sin traumas- Cross Yelmo(sep), Roncesvalles (oct) Sureste Trail(nov). Jarapalos (nov)
Un poco más lejos, tiene para 2010 Galarleiz, Zegama, Aneto...

Y dominándolo todo, lejos en el horizonte afloran las altas cimas: Las cuatro carreras del Montblanc (a elegir: UTMB, CCC, TDS, PTL), la Trans-Aq, Sables, ahhh leyendas vivas.

Quien sabe si con el tiempo será usted uno de "esos"?
Si quiere, empezamos juntos en Jarapalos 09 mismo :-)

Mildolores dijo...

Me ha encantado la crónica, el relato , la forma de hacerlo, la carrera, como lo vives, como disfrutas de la compañia, la que partía contigo y la que encontrabas por el camino, tus pensamientos, tus ánimos, tu final. Vamos qe me entran ganas de hacer algún dia algo así, pero de momento me conformaré con mis carreritas, que ya tengo bastante. Mi más sincera enhorabuena. Te puedes considerar un corredor con letras mayúsculas. Insisto en que lo "paquetes" en vosotros suena a broma.
Tránsmitele mis felicitaciones a los demás integrantes.
Abrazos.

Jose dijo...

Felicidades, Jesús, por tu carrera y sobre todo por cómo lo has vivido y compartido.

Te aseguro que este triplete me ha emocionado más que "el otro"

Desde el Corredor del Cañamares, Jose

mro.jabalí dijo...

Enhorabuena, Jesús y gracias por dedicar tu tiempo a contarnos tan bien, esta maravillosa aventura.
Ahora toca descansar y empezar de nuevoa soñar con un nuevo reto.
Mario

Rafael Jiménez González dijo...

Maravilloso relato. Es la versión extendida del Director.
Me ha encantado un montón. Lo has descrito con los detalles justos para no ser muy pesado y que todos los mortales sepamos realmente como es esto del MAM.
Mi más sincera felicitación!!!!
..yo ceo que el año que viene puedes llegar a ser un sub-7h. viendo el tiempazo que te has marcado en tu debut!
Lo dicho, ENHORABUENA Jesús!!

Paloma dijo...

¡Impresionante! ¡Alucinante! tu forma de vivirlo y de contarlo, buenísimo relato y eso que el ALEGRÓN ha sido tan grande que dices de haber sido indescriptible. Lo he leido por capítulos pero para que me durara más tiempo la lectura y pasar más rato alojada en tu aventura.
Hace falta mucho oxígeno, mucha fuerza física y psicológica, pero tú lo tienes todo, gracias a tí te has rodeado de personas que te lo dan y te hacen encontrarte totalmente centrado para haber conseguido esta grandeza.
Muchisimos Besosss

Zerolito dijo...

Pues ya estoy de vuelta. Gracias a todos por vuestras palabras. De verdad que han sido y serán siempre un apoyo increible. Ahora os dedico unas palabras a cada uno, es lo menos que puedo hacer para corresponder vuestra gentileza:

Carlos, estaremos allí. Y no iremos sólo tres, ya verás ;-) qué alegría más grande, chacho.

Jorge, que se cumplan los sueños es bonito. Cuenta conmigo si puedo ayudarte en alguno.

Lander, te digo lo mismo (de corazón). Y si alguna vez dejas salir del armario al hobbit montañés, avísame ;-)

César ¡qué mal lo pasé! y me acordé de tí, vaya tela. Unidos por una arcada, hay que fastidiarse... jajaja.

En eso estamos, Yoku. No lo dejes tu tampoco, chaval, y así coincidiremos en el espacio/tiempo de vez en cuando.

Akapov, me ha faltado un título Larsson-like, que sería algo así como "El chico que soñaba con vendavales en granito mientras su alma ascendía canchales con los pies ajados por sangrantes llagas" jajajaja. Ha sido un placer conocerte y compartir tanto contigo y con los UO2. Y me siento feliz si he podido ayudarte en esos momentos tan duros. Un abrazo.

Txamo, has dado en el clavo. Y el fore me avisó por dos veces que se quedaba sin baterías. Tuve que apretar el paso ;-)

Mayayo ¡ya me gustaría! el tema es que he ronroneado el límite de tiempo disponible para esto del correr. ¿Jarapalos? voy a ver qué es eso, sería un pasote coincidir en más aventuras con un auténtico montaraz.

Mildo, en tu humildad calificas de "carrerillas" las barbaridades que haces. Lo mio es un éxito del empecinamiento. Lo tuyo es otra historia más adecuada a lo que es un atleta. Mejor dicho triatleta.

Jose, me alegra que hagas tuyos los éxitos de tres paquetillos. Es un honor. Y que lo compares con el histórico triplete me abruma.

Wild Runner, ha sido un placer compartir salida y meta contigo (el trayecto no, que te has salido, jodío). Claro que nos veremos, siempre que podamos cuadrar entrenos y carreras. Play it again, Wild! ;-)

mro.jabalí, no se cual será mi próxima aventura. Por de pronto quiero repetir esta, y no me importaría hacerla todos los años que me queden de vida.

Rafael, quizá pueda trabajar para el sub-7h. Por ahora disfrutaré este éxito. ¿Me da en la nariz que tu, quizá, algún día...? ;-)

Paloma, me ha llegao lo de alojada en tu aventura. Estás alojada en mi corazón como compañera en este maravilloso viaje por las montañas.

Ahora... voy a intentar leer mi crónica, una semana después. A ver qué me parece.