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Mi Endurance con la luz enganchada |
Cuando corres un trail o un ultra y se hace de noche es obligatorio llevar, además del frontal, una luz roja trasera. Cumple la misma función que en los coches o bicicletas: señalar tu posición por cuestiones de seguridad. Pero tiene un componente extra, y es que las luces van marcando el camino a los que vienen por detrás de ti, y son una ayuda inconmesurable. No os podéis imaginar la alegría que da ver una luz delante de ti si tienes dudas del camino -es fácil perderse de noche- o simplemente saber que hay descerebrados como tú por ahí delante. Anima muchísimo.
El año pasado perdí la luz trasera en las dos ultras que hice (GTP y Madrid - Segovia). En ambos casos al finalizar la prueba, en el trasiego de llegar a meta, quitarte la mochila, ir a la ducha, etc etc. Y aunque es un elemento barato (en Decathlon creo recordar que valen 5€) no es plan de ir perdiéndolas por ahí. Así que decidí hacer un briko para no gastar dinero extra.
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Detalle del pegote de silicona. De ahí no sale. |
He pensado múltiples maneras: coser un bolsillo transparente a la mochila, sujetarla con unas gomas a unos corchetes... pero al final, como hice mi primera salida nocturna de la temporada la semana pasada, opté por una solución de compromiso: engancharla a las correas de compresión -como hice en las otras ocasiones- pero impedir que se salga de ahí con un pegote de silicona en la pestaña de anclaje. Así evito que al apoyarla en el suelo se salga del cordón al que se engancha. Fácil, útil y rápido. Cuando quiera sacarla sólo tengo que quitar la silicona y ya está. Tuve la lucidez de hacer un par de fotos con la cámara del móvil para hacer este post. La calidad no es buena pero la intención es lo que cuenta, en este caso al menos.
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