miércoles, octubre 10, 2007

Una bonita experiencia

por: Zerolito

Martes, 9 de Octubre de 2007. Salgo del trabajo para ir a correr, como tantos otros días. Pero hoy, de alguna manera, será un día de esos para recordar.

No precisamente por mi nivel atlético. Después de la paliza del domingo mis piernas no parecían estar muy por la labor de hacer kilómetros. "Venga... un rodajito suave de 9km... no os podéis negar ..." les digo a mis pobres patas. "Además hoy hay sorpresa al final del entrenamiento". Ésto me da fuerzas para vestirme de corto, con el culo al aire en el maletero de mi Touran, mirando para los lados por si viniera Naranja o Mildo, como en aquella ocasión para recordar. "Jodó, se me ha olvidado el pulsómetro... pero bueno, para lo que voy a hacer..." me pongo en marcha.

Salgo desde el parking de RTVE, donde retozan varias personas, cada una en su coche o autocar. Supongo que después de comer se vienen aquí a echarse una cabezadita... "pues se lo han ganao, pero podrían vestirse de corto y ya verían..." sigo con mis pensamientos. Hoy toca rodajito suave, hasta el circuito del Bosque (4km) y vuelta, para un total de 9km. ¿Cuántas ardillas veré hoy?... Andá, mira una..."

Voy trotando entre los pinos, buscando la máxima sombra posible. También los mejores paisajes, estos caminos se han convertido en parte de mí, creo que ya no podré prescindir de visitarlos más pronto que tarde. Las pisadas entre la hojarasca, el ritmo de mis pasos y mi respiración integrándose con el silencio y los sonidos del campo, la luz entre los árboles, algún que otro loco que disfruta de la misma pasión... y otra ardilla que me mira mientras se esconde tras el tronco de un pino.

Cuestas y más cuestas... miro el reloj y en vez de ver el pulsómetro me encuentro con el reloj "de estir", con el que empecé a correr, cuando como máximo aguantaba 15 ó 20 minutos. El que su cronógrafo se paraba después en 35 minutos durante meses hasta que decidí dar el salto a los 10km. En fin, continuo el trote y en el bosque me encuentro con una ardilla especial. Una que tiene la punta de la cola blanca y que solemos ver mi familia por la zona del Zarzón en nuestros paseos. "¿será la misma?" pienso mientras me alejo. Ya de vuelta sigo topándome con estos gráciles devoradores de piñas a los que trato de no molestar. Llego al fin al punto de partida, donde me espera una sesión de estiramientos y la sorpresita que me había preparado.

Hoy voy a comer en la Casa de Campo. Seguiré disfrutando de su quietud, de sus aromas, de su paisaje, mientras como después de haber hecho los deberes. Saco una caja de tóner de impresora, cuyo interior está repleto de hielos que mantienen a una temperatura ideal una botella de agua y dos cervecitas. El hielo está patrocinado por mi curro: incomprensiblemente en el comedor hay una máquina de hacer cubitos de hielo, como la de los pubs. Así que me aprovisioné bien de ellos mientras me decían mis compañeros "¿vas a una fiesta?" y yo pensaba "pues sí, es como una fiesta. Íntima, pero fiesta al fin". Acompañando al bebercio una chapata, ensalada de pimientos, pescado con mahonesa y uvas. Estaba feliz, a gusto, relajado y disfrutando de estos momentos que pueden parecer muy simples (y lo son) pero creo que alimentan el espíritu de una manera increíble. Todas estas pequeñas cosas son las que creo que nos dan ese puntito de felicidad, de vitalidad, de ese no-se-que que tenemos los que practicamos deporte con esta pasión (a nuestro nivel, claro) y del que se asombran muchos de los que no conocen este mundo.

Me encontraba tan bien que decidí enviar un mensaje de móvil a mis amigos corredores (cada vez me gusta menos el palabro runner) para compartir con ellos esos momentos. Seguro que me entenderían.

Bueno, todo se acaba. Recojo el chiringuito y me voy a buscar a mis hijos, con una sutil alegría en el alma que me hace mejor persona. Por cierto, me encontré con 6 ardillas durante el viaje... mi mejor marca personal. Un abrazo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan tus "paseos" por la CdC

Darth

Carlos dijo...

¡Huy la leche!, ¡que comentario más Zen...!.

Yo creo que el toner se ha mezclado con la comida o la bebida y te ha hecho ver la salida de ese modo tan comtemplativo...

Anónimo dijo...

Felicidades tío. Bonito rodaje y gracias por compartirlo.
Un abrazo....Lander.

Anónimo dijo...

gracias Jesús, muchas gracias

Iván/cabesc

Paloma dijo...

A parte de tesón y fuerza de voluntad, estoy viendo que eres romantico y casi poeta, además de estar abierto a compartir tus sentimientos. Me has recordado que a mi me pasa algo parecido cuando doy un par de vueltas a la Laguna del Campillo en Rivas, alguna vez he llegado a cruzarme con 8 o 9 conejos, muy graciosos. Guay tio, seguimos ahí.
Un beso