Llevo unos días nervioso, con esa sensación que tienes antes de hacer un exámen, una entrevista de trabajo o la primera ecografía de tu hijo (bueno, ahí me he pasao). Se acerca peligrosamente la fecha del Maratón Alpino de Madrid y con ella se agolpan los entrenos de montaña.
Entre lo difícil que es cuadrar este tipo de entrenamientos por temas de agenda familiar, lo escaso de mi preparación, el escaso tiempo que queda para la prueba y el tremendo respeto (eufemísticamente hablando, quizá la palabra sea miedo) que me impone, estoy atacao de los nervios. Normal. Manolete, si no sabes, ¿p'a qué te metes?
Pues porque el inmenso miedo, o respeto, o eufemio, es equiparable a la fascinación, al sueño, a la ilusión que me provoca conquistar estas cumbres. Estar allí, en lo alto de las montañas. Sentirte pequeño pero grande de espíritu en esa enormidad, capaz de encoger corazones.
Como hasta ahora no he podido correr, pues pienso. Y cuanto más lo pienso más inalcanzable me parece el reto. Menos me cuadran los números mientras miro los planos, hago cálculos con mis ritmos de carrera y andando, tratando de hacer cuadrar cada tramo con la cifra mágica de 9 horas para completar la prueba. Y el no tener referencias válidas para ello me angustia, me acogota. Y me vuelve pesimista. Antes estaba convencido de lograrlo. Ahora creo que no estaré en tiempos. Quizá no sea ni tanto ni tan calvo, pero es lo que siento hoy por hoy.
Pero como decía mi entrañable profe de mates, Doña Emilia La Vaquera, vamos a despejar incógnitas. Hoy tendré la suerte de hacer un tramo del recorrido con la impagable compañía del truhán Yoku. Pobre, le he liao de mala manera para que me acompañe y ha aceptado. Este jodío ser además se ha ofrecido para ayudarme en próximos periplos. Qué alegria, oyes. Además el conocimiento que tiene de la Sierra es un extra que hace su presencia más valiosa aún.
Me enrollo de mala manera. Al tajo: este es el recorrido que vamos a hacer. El gráfico es con la vista desde Peñalara, así se puede apreciar mejor el trayecto que viéndolo desde Madriz. Aproximadamente 7km de ida, otros tantos de vuelta.
Ruta vista desde un helicóptero rojo sobrevolando la zona de Peñalara
Como véis es bastante simple: desde el puerto de Navacerrada subir al Alto de Guarramillas (vulgo Bola del Mundo) para desde allí coger la Cuerda Larga hasta Cabeza de Hierro Menor y volver. El camino de vuelta lo haremos exactamente igual en el tramo final del MAM, la subida a Bola es parte del primer plato del mismo.
Como os digo, este será el primer test serio de cara a mi participación en el MAM. El domingo el segundo, en la Carrera de Montaña de Bustarviejo. Y mañana espero contaros la crónica. Si no lo hago serán las agujetas las culpables.
Correpoco es un grupo de amigos que disfrutan corriendo... aunque ahora lo haga cada uno por su lado.
8 comentarios:
Pak Karamu reading your blog
Así visto, acojona.
Estas cosas siempre las he hecho a paso tranquilo, de montaña; con buenas botas y sin prisa. No sé cómo será la sensación de pretender correr por ahí.
En un rato lo sabremos...
que lo paseis bien locuelos
Que te diviertas Jesus.
Sabiendo que PakKaramu está por aquí me quedo más tranquilo. Por otra parte diré que luego me cuentas a mi si me ha ido la pinza con las carreras y los entrenos.
Salud, hijo mio.
Lo cierto es que el MAM acojona, pero si sales a disfrutar y a mitad te retiras...habras hecho... ¿¡¡22km de montaña!!?=:o
Yo no me agobiaría tanto, me encantaría estar en tu situación, con ese gusanillo en el estómago, y en pleno entrenamiento.
Animo, no sé como se te dará pero si que será inolvidable.
Saludos
Mario
Tiene muy buena pinta!
Estoy esperando leer esa crónica dentro de poco.
De todas formas mucha suerte y estoy seguro que lograrás estar en tiempo y acabar bien!
Un abrazo!
~Zerolito writing down~
Gracias de verdad por vuestros comentarios :) animan mucho. La excursión estuvo genial, ahora intentaré hacer la crónica (con fotos).
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