viernes, mayo 22, 2009

Navacerrada -> Bola -> Cabeza Menor (y vuelta)

por: Zerolito

Bueno, pues ya está hecho el primer entrenamiento "serio" de montaña. Vamos a ver cómo fue.

El día empezó con la increíble sorpresa de que Paloma se apuntara a la aventura. Ella no sabía nada y cuando se enteró -leyendo el blog- tuvo el valor de venirse, previo paso por Decathlon para comprarse mallas, camiseta, calcetines y zapas Kalenji de trail. Increíble, esta chica.

Llegamos al puerto de Navacerrada (1858m) con un poco de retraso por esta circunstancia pero con mucha ilusión. allí estaba Yoku esperando, perfectametne pertrechado salvo porque lleva zapas de asfalto. Saludos, nos cambiamos a toda prisa y enfilamos la durísima subida al Alto de las Guarramillas (*).

(*) Parece que estoy empeñado en que tó quisqui conozca el nombre oficial de lo que todos conocemos como Bola del Mundo. "Ya está el listo que todo lo sabe..."

Comienza la ascensión a Bola. Abajo, el Puerto de Navacerrada

Yoku
empieza a trotar pero enseguida tenemos que empezar a andar. En apenas 2km tenemos que salvar un desnivel de 400m por un trayecto paralelo al del telesilla. Vamos, tirando por la calle de enmedio, nada de zetas ni caminos. Por la piedra suelta subimos a buen ritmo. Yo rompo a sudar pero en media hora llegamos a la tercera guarramilla, donde están las antenas repetidoras. Muy buen registro esos casi 4km/h con el desnivel que había. Para variar se me escacharra el pulsómetro tras 27' de funcionamiento... lo que tardó en ahogarse en sudor el hueco de la pila de litio. El corazón estaba por aquel entonces entre las 170-176PPM. Como en un 10mil, vamos, yendo a 13km/h pero sin esa sensación de asfixia agobiosa. Eso sí, la respiración increíblemente agitada, los músculos contrayéndose y tensándose lo inimaginable, las articulaciones pidiendo un descanso.


Correpocos en la nieve

Vamos parando y haciéndonos fotos aprovechando los neveros que nos encontramos en el camino. La idea es pasar un grato rodaje - andurreaje - trotiandadura - ponloquequieras en las montañas. No es un test de esos como hacemos los corredores en ruta en plan "tengo que hacer 10km a ritmo X" o cosas así. En la montaña las cosas son distintas, casi todo se relativiza y la lógica natural parece adueñarse de tu mente. Las increíbles moles graníticas, los profundos valles, los verdes bosques se aunan y te otorgan una paz, una claridad de mente y un bienestar como ningún opiáceo o derivados podría conseguir. Es absolutamente increíble la sensación de armonía que percibo en estos parajes.


Paquetillos ante la Virgen de las Nieves

Volvemos al tajo. Por fin, junto a las antenas, podemos trotar un poco. Alucinas: cuanto más cargadas tienes las piernas por la subida, más descarga un trote suave en llano. Es balsámico. Claro, que luego empieza la bajada al collado de las Guarramillas (2159m), y ahí nada de relajo: tienes que estar muy atento para no meterte un piñazo entre las piedras (fijas y sueltas) y las ramas y raices de los piornos, para mí más peligrosas aún que las anteriores. Pero nos lo tomamos con calma y no bajamos como se suele hacer en las carreras de montaña.


Hasta mi amigo Malagueta podría llegar sin perderse ¿no? ;-)

En nuestro camino hacia la Cabeza Menor nos topamos con el Cerro de Valdemartín (2282m) que nos va ofreciendo una panorámica preciosa a ambos lados: a la izquierda el Valle de Lozoya con el macizo de Peñalara al frente; y de la Pedriza y la llanura madrileña a la derecha.


El macizo de Peñalara... belleza pura

En esto nos sobrepasa un corredor de verdad. Pura fibra, al tran-tran, nos adelanta tras el saludo de rigor. Pura fibra, oye. Sigue trotando un buen trecho a pesar de la dificultad de mantener el ritmo por la pendiente y el suelo pedregoso. Olé.

Mientras Yoku se entretiene haciendo fotos hago mi primer test de bajada. Empiezo a embalarme en cuanto relajo el servo-freno y me deslizo cuan menhir desbocao por entre las piedras. Recuerdo cómo corría de chiquillo en el cercano Espinar, volviendo de Peña la Casa de asar patatas. Creo que ese es el truco para bajar en montaña: saltar y brincar como si fueras un crío.


Bajando por la Cuerda larga

Nos reagrupamos en el Collado de Valdemartín (2153m) y ascendemos a Cabezas de Hierro, bueno, a la Menor de ellas. De pronto saludamos al corredor que habíamos visto antes. Está ensangrentado, la cara y la camiseta. Nos dice que se ha caido por el camino. Le ofrecemos nuestra ayuda, agua, vendas, antiinflamatorios (que rechaza) y tras asegurarnos de que no tiene mareos y que se encuentra todo lo bien que se puede estar tras caer de bruces en el granito nos da las gracias y prosigue el camino de vuelta. Que no sea nada, compañero. Esto nos hace pensar en la montaña, en la naturaleza, sus inquebrantables leyes, pero no nos arredramos (o de eso queremos autoconvencernos)


Heidi, Pedro...


... y ¿El Abuelo? ¿Pichí? ¿Niebla? ;-)

Tras un par de despistes en el canchal de enormes piedras que preceden a la cima de la Cabeza Menor (2238m) que nos hacen variar de camino en busca de los hitos, hollamos su cima. Tras una sesión de fotos, comemos algo. Creo recordar que tardamos 1h30'/40' en llegar, lo que estaría bastante bien (pero justo) como referencia para entrar en el control del MAM, teniendo en cuenta los parones, fotos, etc (que no habrá durante la carrera) y que nos hacen acumular tiempo. Comemos tranquilamente y decidimos no ir a la Cabeza Mayor, que estaba ahí, esperándonos, por temas de horario (no de falta de fuerzas o de ganas, ¿eh?) y descendemos.

¿Que pasará por la mente de este desdichado?


Con Paloma en la cima de Cabeza de Hierro Menor


Para nuestros amigos los Paquetes


Hombretones así ya no se ven

Es aquí cuando Yoku me anima a que baje rápido. Yo prefiero bajar en compañía, por la charleta y demás, pero entiendo que tiene razon, que ya que no me estoy exprimiendo en las subidas, al menos debería ensayar las bajadas. Y eso hago. Me dejo caer con mis 82kg en canal por entre piornos y granito, tratando de no caer en cada paso. Un error es fatal pero no puedes pensar en ello, sino concentrarte en los aciertos, en cada zancada, en cada apoyo. Ver que los vas solventando te da confianza, pero las plantas de los pies arden, los cuádriceps están a tope de rendimiento. Vas al límite en cuanto a control de tu cuerpo, pero la sensación es bonita. Pelín kamikace, pero bonita.


A por el Cerro de Valdemartín


Going home


El Hombre de las Nieves

La vuelta no tiene mayor historia salvo el tramo Bola -> Puerto de Navacerrada. Ahí me dice Yoku: "Baja corriendo si quieres. Yo no tengo nada que ganar y mucho que perder...". Razonable aseveración que comparto hasta que mi lado oscuro me hace decir: "venga, nos vemos luego". Y decido bajar, haciendo un recto, por donde hemos subido. Piedra suelta y los temibles piornos acechando por doquier. Me inclino para atrás brutalmente para no despeñarme, noto cómo a veces se separa ligeramente la uña de los dedos gordos. Flipante. Un par de tropezones con ramas de piornos me hacen bajar mucho más despacio que en la Cuerda Larga. Incluso hago zetas en los tramos más chungos. Llego al puerto y tengo tiempo de llamar a Coral para decirle que ha ido todo de maravilla, que no ha pasado nada malo y ... que llegaré tarde (aunque ella ya contaba con ello)

Nos volvemos a reuinir y enfilamos hacia el bar Dos Castillas que nos recibe totalmente vacío. Una cervecita fría que me sentó fenomenal y para casa, a llevar a Paloma a la suya. Atrás quedaron las montañas, su inmensidad. Delante quedan los recuerdos, los anhelos... y una caravana pestosa en la M-40. Qué poco dura la alegría en casa del pobre...

Conclusión: estamos ahí ahí en el límite para llegar en el tiempo establecido del MAM. En un día bueno creo que podría hacerlo. En un día con incidencias (y los maratones y las montañas están plagados de ellas) no lo conseguiría. En el filo. Pero tengo más fe en mi tozudez, capacidad de sufrimiento o lo que sea que en la razón y la lógica. Si bien la semana pasada estaba seguro de no conseguirlo, ahora tengo fundadas esperanzas. Así que brindo por ello.

Gracias a Yoku y Paloma, por compartir conmigo una mañana inolvidable. Sois grandes.

Y este domingo a Bustarviejo, a seguir con la faena. Espero recuperar bien y disfrutar del Mondalindo, cota que no he subido nunca, con la estupenda compañía de Carlos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Vas a sufrir como un camello, pero lo vas a conseguir. Y a Maese Carlos lo vas a llevar, para bueno y para lo malo, a tu vera. El MAM os hará hermanos de sangre.

Joder, qué envidia me dáis...


Tengo que agradecerte esta salida, Jesús. Me ha hecho ver las cosas de otra manera. Nunca se sabe...

Anónimo dijo...

Por cierto, desde el Mondalindo, siguiendo la cuerda llegas a Peña Negra (creo que se considera cima secundaria del Mondalindo), también con antenas y con unas vistas ACOJONANTES, ÚNICAS E IRREPETIBLES de la Sierra de la Cabrera desde ARRIBA. Si tenéis fuerzas y tiempo, id hasta ella porque no os arrepentiréis.

Anónimo dijo...

Jode que envidia, estoy llenando de babas todos los rincones de está OFICINA

Darth

Lander dijo...

yo tambien brindo.
GAsias por enseñarme a ver la montaña de otro modo. Mola.
mucho ánimo que seguro que lo consigues.
pd, pero ten cuidao en las bajadas sobre todo, que me das un miedillo...
Un abrazo.

Paloma dijo...

¡Tu si que eres grande!, sigue disfrutando de la inmensidad de las montañas, Pedro, que Heidi desea que todo te salga como esperas y deseas para ser feliz al conseguir tus duros retos.
Gracias por dejarte acompañar
Besosss

Carlos dijo...

Preciosa salida, preciosas fotos, buena compañía... Como te dije, casi me arrepiento de no haber pedido el día para haberos acompañado.

Abrazos. ;-)