Bueno, pues aquí estoy a punto de contar una nueva tontá de esto del correr.
Ayer salí, como hago en época veraniega, a eso de las 10PM. Cenado, con los niños en la cama, ya de noche, después de un caluroso día. Me planto mis zapas, me encorseto en una camiseta de tirantes (de tirillas, como diría mi amigo Lander) que me está más justa de lo deseable y ... ¡a trotar!
Siempre salgo despacio, calentando en esa cuesta abajo que hay desde mi casa hacia los parques o la Casa de Campo. La vuelta, inevitablemente, es en penosa cuesta arriba. En fin, vamos a ello, con intención de ronronear con los primeros 10km de la pretemporada. No llevaba ni 30m de trote cuando empiezo a notar algo raro en la rodilla derecha. Como si estuvieran desajustados fémur, cúbito y radio. Flipo, sigo despacio y ...
¡¡CLACK!! suena mi rodilla. El típico sonido de "novia" de los dedos, de mandíbula (des)encajada, de hombro colodado después de salirse. Noto una tensión que me recorre hasta la mitad del muslo por detrás y el gemelo, a la vez que parece que los huesos se mueven, girando alrededor de la rótula. Tengo pavor, no se si echarme a andar, a llorar, si pararme o no. Sigo trotando suave tratando de reconocer sensaciones. Enseguida las tensiones en muslo y gemelos desaparecen, la rodilla parece perfectamente engranada y, misteriosamente, no noto nada extraño. Ni siquiera las molestias que llevo casi un año contando y que ya os aburrirán (que si tensión por allí, presión por allá...) Sigo corriendo con los warning puestos y cara de bobo...
Muscularmente estoy cansado pero puedo correr. 10 minutos después no me molesta la rodilla y parece que todo está en orden. Incluso estoy avivando el ritmo, si se me permite la expresión referida a la patética cadencia de mis zancadas. La vuelta, con sus cuestas arriba, la hago igual, terminando con dos vueltas al parque Aluche a ritmillo de 5:35 (lo que a estas alturas es un pasote para mí). Llego a casa todo empapado pero contento. La rodilla me ofrece una extraña y nueva sensación. Como de sobada, como usada, pero nada parecido a los síntomas de mis anteriores bursitis. ¿Qué habrá pasado? ¿Será un ajuste, una buena señal? Quiero pensar que sí.
Bueno, pues eso. Simplemente lo cuento aquí como recordatorio, a ver qué acontece en las próximas semanas. Y a mediados de septiembre, al traumatólogo. A ver si me dan buenas noticias.
Correpoco es un grupo de amigos que disfrutan corriendo... aunque ahora lo haga cada uno por su lado.
5 comentarios:
eso fué un ajuste auntomático. cada 20000 km según el manual, si no vas al taller se reajusta solo.
olvidate de la rodilla, si puedes jijijij, si en lugar de rodilla pones maría o laura o pepita, Coral estaría super celosa jajajaj
escupela, insultala, no la mires... a ver si la vas a tener un poquito mimada a la tal rodilla esa...jajaja
nno me hagas ni p... caso...
estoy pensando en las vacas ...
Un abrazo amigo..
¡Aysss...!, no me asustes Jesús.
Seguro que Lander tiene razón y una vez solucionadas bursitis, derrames, hematomas, hinchazones, torceduras, tendinitis y demás lo que ocurrió fue que tu rodilla volvió a su sitio natural.
Suerte con el trauma. ;-)
:-D Lander, intento no pensar demasiado en ella, pero me tiene sorbido el seso...jajaja. Como se entere Coral... me parto! Disfruta tus vacas!!!!
Toco madera, Carlos, porque parece que va bien la cosa. De todos modos, espaldas cubiertas con visitas al trauma en 20 días, pediré nuevas resonancias y a ver qué ocurre.
Es que ya tenemos unas edades en los que los "clacks" comienzan a ser cada vez más habituales.
Yo creo que se te ha curado de una vez por todas. Así que a partir de ahora nos cuentas chascarrillos de otras "partes" de tu cuerpo, pero de las rodillas, ¡ni mú!
:-) Ésta es la definitiva, chaval.
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